Una mujer compró una bomba para proveer agua a sus vecinos del barrio Fátima

El trámite para comenzar a excavar un pozo está frenado por problemas administrativos, a pesar de que ya se dispuso la partida de dinero para iniciar la obra

ALTRUISTA. La vecina Lorenza More compró la bomba, la puso al frente de su casa y extrae agua y la comparte con la vecindad. ALTRUISTA. La vecina Lorenza More compró la bomba, la puso al frente de su casa y extrae agua y la comparte con la vecindad.

Trámites administrativos en curso demoran el inicio de la perforación de un pozo de agua en el sector noroeste de Concepción. Este hecho agita la bronca y la angustia de miles de vecinos de los barrios Zavalía, El Parque, San Nicolás y El Jardín.

Estos desde hace varias semanas padecen una grave escasez de agua potable, agravada por los últimos calores. Aunque la apertura del pozo ya fue adjudicada a una empresa de la Capital y el Ministerio del Interior de la Provincia giró al municipio local el dinero que demandará esta, Recursos Hídricos aún no autorizó el inicio de los trabajos.

Trabas burocráticas

Es lo que informó el Secretario de Obras Públicas de la intendencia de “La perla del sur”, Carlos Tarulli. “Las maquinarias ya se encuentran en la zona para poner en marcha la perforación una vez que se completen las obligaciones burocráticas que nos están exigiendo desde la provincia” añadió el funcionario.

Estimó que esto podría suceder el lunes próximo. “La empresa dice que el pozo estará listo entre 20 y 30 días. Ellos tienen un plazo para concretarla que está en un contrato”, precisó Tarulli.

La obra, que fue adjudicada mediante concurso de precios, iba a iniciarse la semana pasada. El intendente Alejandro Molinuevo anhelaba su conclusión antes de fin de año o a principio del entrante. Sin embargo ahora todo indica que el pozo sólo podría entrar en funcionamiento -para reforzar el suministro de líquido de la red- en la tercera semana de enero.

El municipio, mientras tanto, instaló en la zona afectada tres tanques cisterna con agua pero no para consumo, sino para ser utilizada en tareas de limpieza doméstica. “Este problema se vino agravando desde hace más de un año. Ahora es dramático. Cuando se agota el líquido de los tanques no tenemos ni para los baños. Aquí el agua que utilizamos para lavar la ropa no la tiramos, porque la usamos en los sanitarios”, contó el vecino José Cabrera, del barrio Zavalía.

“Nosotros consumimos agua que nos traen en botellas nuestros parientes de otros lugares. De lo contrario la tendríamos que comprar”, apuntó. “Estamos desesperados a la espera que se perfore el pozo lo antes posible. Sin agua no se puede vivir. Lo que indigna además es que hay que pagar por un servicio pésimo” apuntó por su parte Javier Acuña. “Uno en la noche deja abierto el grifo con un recipiente por si acaso llega a salir algo de líquido. Es un milagro cuando eso sucede” contó.

Vecina solidaria

En el barrio San Nicolás doña Lorenza More adquirió una bomba eléctrica que la liberó de la enorme penuria que venía soportando por la escasez de agua. Ahora, gracias al motor, el suministro es normal y lo comparte con sus vecinos. “Es una desgracia estar sin agua y más en estos tiempos de altas temperaturas. Por eso el agua que comenzó a salir con fuerza desde mi casa les brindo también a mis vecinos. A todos les permito que vengan a llevar. Al motor lo puse precisamente al frente de mi casa”, dijo.

La actitud de Lorenza es similar a la que asumió en Alpachiri don Rubén Romero que, a raíz de la falta del elemento vital en ese pueblo, comparte el agua de un pozo familiar perforado hace 50 años. En esa localidad el problema se suscitó cuando una creciente del río Medinas dañó la toma de la planta que brinda el servicio.

Doña Lorenza se instaló en el patio del frente de su vivienda en una reposera desde la que atiende a los vecinos que llegan en busca de agua. “Esta agua es limpia, potable. En cambio la de los tanques cisterna apenas sirve para las labores de limpieza en casa. Nos dijeron que el pozo nos iba a solucionar este problema antes de fin de año. Pero la obra ni siquiera se inició. Esto nos desespera”, sostuvo, por su parte, doña Aurora Díaz.

Mientras tanto, el legislador Raúl Albarracín presentó ante la Legislatura un proyecto de resolución mediante el cual pide que los vecinos de Concepción afectados por la escasez de agua potable “sean eximidos en el pago del servicio a la SAT”. “Más allá de los múltiples cuestionamientos que implican algunas tarifas y tasas que deben abonarse, por ser totalmente desproporcionadas, lo cierto es que en el caso particular deviene evidentemente desajustada, en razón de que estos vecinos se ven privados de su adecuada prestación. Esto hace imperiosa la bonificación por esta deficiente actuación y cumplimiento por parte de la empresa”, planteó el parlamentario.

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