El estado de las rutas que conducen al norte

27 Diciembre 2022

Los principales caminos para llegar a localidades como Cafayate, Cachi, Purmamarca o Tilcara son las rutas 9/34, que van por el este, y la 307/40, que avanza un poco más al oeste, entre los valles (como el Calchaquí) que separan el llano de la cordillera de los Andes.

Desde Tucumán hasta el límite con Salta, el viajero se enfrenta con una ruta muy transitada. Vale destacar la inauguración del nuevo acceso a Trancas, que solucionó un serio déficit de infraestructura que ponía en riesgo muchas vidas. Desde el arco que marca el final de Tucumán hasta Rosario de la Frontera, la cinta asfáltica se encuentra en buen estado, y la amplia visibilidad y las extensas rectas permiten darle fluidez a la circulación.

Todo cambia cuando el viajero debe atravesar los 30 kilómetros que dividen Rosario y Metán. Quien no conozca la zona puede imaginar el tramo de la vieja 38 que separa Famaillá de Monteros y multiplicarlo por 10: un tránsito brutal, el pavimento seriamente deteriorado, poca visibilidad y barrios que se levantan a pocos metros del camino invitan a levantar el pie del acelerador y a armarse de paciencia; es el mejor modo de resguardar la vida.

De Metán hacia el norte arranca una autovía de cuatro carriles que ha ido quedando obsoleta para el cada vez más intenso tránsito. Además, no hay separación física entre los carriles que van en dirección contraria, lo cual incrementa los riesgos.

De todos modos, constituye una mejora en comparación con lo que ocurre en el tramo que describimos en el párrafo anterior. Al llegar a Güemes, quienes van a la ciudad de Salta continúan por una autopista que se encuentra en buenas condiciones generales, pero quienes avanzan hacia Jujuy vuelven a ingresar a un camino angosto, muy transitado y deteriorado que concluye en una autopista que nace recién en Perico, a la altura del aeropuerto jujeño. Esa autovía deposita a los viajeros en la puerta de la Quebrada de Humahuaca. Eso sí: continúa inconclusa la autopista que nace en el límite con Salta y todo indica que la obra no concluirá en 2023.

En el caso del camino de los Valles, no hay muchas cosas nuevas que decir sobre la 307. Los últimos derrumbes han generado alarma en el cerro y sería interesante que la repavimentación del tramo que se encuentra entre el Infiernillo y Amaicha avanzara con más celeridad. Es notable, además, el contraste que existe entre el sector tucumano y el salteño de la 40. De más está decir que de Colalao del Valle hacia el norte, las condiciones mejoran. Sería interesante que alguna vez se evaluara seriamente la posibilidad de pavimentar este camino hacia el norte de Cafayate. Seguramente, el impacto turístico sería superlativo.

Esta breve revisión del estado de los caminos que recorrerán miles de turistas en los próximos dos meses (con un pico asegurado en Carnaval) nos lleva a concluir que es prioritaria la inversión en la infraestructura vial; incentiva el turismo, reduce los costos de las economías regionales y, por encima de todo, ayuda a salvar vidas.

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