Antes del debut de Pelé con Brasil, el seleccionado nacional del vecino país nunca había ganado la Copa del Mundo de fútbol. Cuando se retiró tenía tres, más que ningún otro equipo en ese entonces.
Podría decirse que la mayor contribución de Pelé al fútbol y a Brasil fue la transformación de su país en una superpotencia futbolística.
"Antes de 1958, Brasil tenía un rico patrimonio futbolístico, pero no era el país del fútbol", dijo David Tryhorn, codirector del documental de Netflix "Pelé", de 2021. "Después de 1970 lo primero que nos viene a la mente cuando pensamos en Brasil es el fútbol. Y aunque hay una doble generación de jugadores salvajemente talentosos responsables de eso, la figura que los unifica es Pelé", agregó.
Cómo fue su desempeño en cada uno de los mundiales
Pelé sigue siendo el único futbolista que ganó tres copas del mundo, aunque sus experiencias en el torneo fueron muy diversas.
Irrumpió en escena con 17 años en 1958, marcando seis goles en la fase eliminatoria, dos de ellos en la final contra Suecia, en el primer triunfo de Brasil.
Cuatro años más tarde, en Chile, se lesionó en el segundo partido de Brasil, y Garrincha se convirtió en el protagonista de la segunda victoria consecutiva de Brasil. "O Rei" aspiraba a sumar una tercera corona consecutiva en Inglaterra 1966, pero el equipo cayó en la fase de grupos.
Tras dos años retirado del fútbol internacional, regresó a tiempo para México 1970, decidido a ganar el trofeo Jules Rimet y despedirse por todo lo alto. Su actuación en el que a menudo se denomina el mejor equipo de todos los tiempos puso el broche de oro a su carrera internacional.
Contó con el apoyo de todo un reparto excepcional. Los lanzamientos de falta de Rivelino, el récord de Jairzinho, que marcó en los siete partidos de la fase final, y el glorioso cuarto gol del capitán Carlos Alberto en la final contra Italia fueron inolvidables para un público que veía por primera vez un Mundial en directo y en color.
Sin embargo, fue Pelé, considerado ya por muchos como el mejor jugador de todos los tiempos, quien realmente cautivó la imaginación.
El audaz disparo desde la línea de medio campo contra Checoslovaquia, la escandalosa finta que engañó al arquero uruguayo Ladislao Mazurkiewicz y el asombroso cabezazo desviado por Gordon Banks pasaron a la historia.
Ninguna de esas ocasiones fue gol, pero incluso cuando no marcó, su inventiva brilló con luz propia, consolidando la imagen del futbolista brasileño como el jugador más creativo del mundo y a Brasil como el hogar espiritual de lo que se llamaría para siempre "el deporte rey".
"La actuación de Brasil en la final de la Copa Mundial de 1970 fue una clase magistral", declaró el difunto inglés Banks. "Aquel día, Brasil plantó firmemente su bandera en la cima del fútbol mundial, una cima a la que todos los demás equipos deben aspirar", sentenció. (Reuters)