En la calle Santiago del Estero los negocios atienden tras las rejas, según la hora

Hay policías de recorrida, pero la inseguridad crece a la siesta y al anochecer.

INSEGURIDAD. En la tarde del lunes 19, una joven intentó robar perfumes en una farmacia ubicada en Santiago al 500. INSEGURIDAD. En la tarde del lunes 19, una joven intentó robar perfumes en una farmacia ubicada en Santiago al 500. LA GACETA / FOTO DE JOSÉ NUNA
01 Enero 2023

Tras un año del violento asalto que sufrieron tres chicas en un quiosco ubicado en Santiago del Estero al 600, las vendedoras  tuvieron que modificar su manera de atender al público. Si bien la presencia policial en la zona ha aumentado, esta tiene atractivo para los ladrones: en la tarde del lunes 19, una joven intentó robar perfumes en una farmacia ubicada en Santiago al 500 y fue detenida luego de que la encargada del local advirtiera la maniobra y avisara al personal policial.

“Hay más movimiento policial”, cuenta Guillermo Pizarelli, quien tiene una verdulería llamada “Tu Frutal” ubicada en Santiago 355. Él es padre de Eliana, una de las chicas del drugstore de calle Santiago al 600, que el 16 de diciembre del 2021 sufrió la violenta irrupción de un asaltante armado que la atacó a culatazos y se llevó cigarrillos, dinero y celulares. “A mi hija la asaltaron cerca de las 13.30, entró una persona y le pegó con un arma para robarles”, cuenta. Las cámaras de seguridad del drugstore registraron la agresión y el video, que se hizo viral, reveló que había riesgos en la zona, que la Policía consideraba tranquila.

Eliana y María José, su compañera en el drugstore, son quienes vivieron el brusco asalto en primera persona y le contaron a LA GACETA que con respecto al juicio contra el agresor no tienen nada de qué quejarse, ya que el proceso fue rápido, pero en cuanto a la seguridad policial aclararon que los primeros días posteriores al hecho sí había movimiento y tenían a dos oficiales en la puerta del negocio, pero con el pasar del tiempo la guardia desapareció.

Como consecuencia del robo dejaron de tener un horario fijo y actualmente deciden la hora de cierre dependiendo del movimiento que hay en la zona. Lo mismo ocurre con el uso de las rejas, “capaz pasás hoy a las 13 y podés entrar porque está todo abierto, pero mañana volvés a la misma hora y ves que estamos atendiendo con las rejas”, relató María José.

Los vecinos y trabajadores de la zona sostienen que, si bien a comparación de un año atrás hay menos casos de inseguridad, falta más presencia policial. Teresa, que tiene un puesto de diarios y revistas ubicado en la esquina de Santiago del Estero y Virgen de la Merced, dice que los robos mayormente se dan a partir de las 13.30 en las paradas de colectivos. “Ahora anda la policía pero a la siesta no queda nadie. Yo no saco el celular a no ser que me llamen, pero pido que en las horas que trabajo no me hablen”, explica.

Por su parte, María Soraire, quien trabaja en un drugstore ubicado en Santiago al 500, y Carla Peñalba que trabaja en un local comercial que se encuentra a unos metros del de María, coinciden con Teresa respecto a la inseguridad que hay durante la siesta y plantean que no hay suficientes policías custodiando la zona.

“Estamos cerca de la comisaría pero hay cero seguridad. Hay muchas mecheras que roban celulares en las paradas de colectivos”, afirmó Soraire. También le contó a LA GACETA  que hubo ocasiones en las que al momento de abrir el negocio se encontraban con personas en estado de ebriedad  tiradas en la puerta del local y cuando llamaban a la policía para que los sacaran esta demoraba en llegar. Carla dice que el movimiento policial sigue siendo similar al de antes y afirma que los pocos policías que hay están parados en las esquinas.

Una oficial que estaba trabajando en la esquina de Santiago del Estero y 25 de Mayo comentó algo que parece jugarle en contra a la vecindad: los policías que cuidan esas cuadras a la mañana trabajan de 6 a 14hs y el próximo oficial entra a su turno a las 15, por lo tanto la calle  queda una hora completa sin control policial. También dijo que  a ellos los rotan cada cinco o siete días por lo cual no pueden conocer en profundidad el movimiento de la zona ni a los vecinos por completo. (Producción periodística: Micaela Pinna Otero)

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