“Me siento culpable por haberlo dejado que vaya de vacaciones”

Graciela Sosa, la madre de Fernando Báez Sosa, dio un desgarrador testimonio durante el juicio por el crimen del joven.

03 Enero 2023

“Éramos inseparables, éramos una familia feliz”. Esas fueron las primeras palabras que Graciela Sosa, la madre de Fernando Báez Sosa (18 años), pronunció ante la jueza, en el marco del juicio por el asesinato de su hijo.

El debate oral comenzó ayer con algunos planteos preliminares. Con su testimonio, Graciela abrió la ronda de testigos; se trató de uno de los más esperados por las partes y por el público. Debido a la trascendencia que tomó la causa, el juicio es transmitido por el canal oficial de YouTube de la Justicia.

Por el crimen están acusados Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli, Luciano, Lucas y Ciro Pertossi. Ellos habrían atacado a Fernando a la salida de un boliche, en Villa Gesell.

“Era una ángel. Trajo la alegría a nuestras vidas, era todo felicidad”, expresó Sosa. Y agregó entre lágrimas: “Fernando era un chico feliz, humilde”.

“Mi hijo tenía su boleto para regresar (de las vacaciones) a casa, pero mi hijo no volvió”, lamentó la mujer. En este momento, la madre de Fernando recordó ante el tribunal cómo se enteró de la muerte de su hijo, y no pudo parar de llorar. “Siento tanto no haber podido defenderlo”, dijo con un llanto que estremeció a los que presenciaban el debate.

“No entiendo, no comprendo; nunca aceptaré cómo chicos de la edad de Fer pudieron haberle hecho esto. Lo atacaron por la espalda, lo tiraron, le reventaron la cabeza... Ese cuerpito tan lindo que tuve nueve meses en mi panza”, continuó.

Graciela Sosa agregó: “para mí fue ayer que recibí la peor noticia de mi vida; a veces pienso que es una pesadilla, y deseo que venga alguien y me diga que esto no es verdad… Pero no es así, Fernando está muerto. Soy una mujer acabada, sin vida, sin ganas de vivir. No sé de dónde saco las fuerzas. Extraño tanto esos abrazos. Ya nada tiene sentido”, expresó, desconsolada.

En los momentos más dramáticos de la declaración de la madre, la jueza María Claudia Castro, que cumple la función de presidenta del tribunal, le preguntó si deseaba hacer una pausa. Graciela prefirió continuar. Tomó aire y sacó fuerzas de lo más profundo de su corazón para poder concluir la declaración.

“Todo cambió para nosotros. Este dolor es eterno, No lo voy a recuperar nunca. Era la alegría de mi vida. No entiendo por qué nos pasó esto. A veces me siento culpable de haberlo mandado a ese lugar, pero también se merecía las vacaciones”, se lamentó Graciela al finalizar su declaración.

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