Cuando controlaron la grilla, ninguno podía creerlo. Rápidamente, desde San Miguel de Tucumán y desde Cruz Alta, los afortunados se dirigieron a las oficinas de LA GACETA para controlar. Y así era: esta semana, el pozo acumulado de $1.350.000 de los Números de Oro se dividió entre tres lectores.
Gabriela Patricia Tabera se enteró por su madre. “Compré el diario, pero como por mi trabajo no tengo tiempo de estar controlando todos los días (es enfermera), mi mamá era la que se encargaba. El miércoles me llamó a las 8 y me dijo ‘mirá, creo que está completada la grilla’. Fui rápido a verla para corroborar”, cuenta. “Y creo que la tarjeta ya estaba completa el martes, que fue mi cumpleaños. Qué coincidencia...”, dice y sigue: “lo primero que sentí fue incredulidad. ¡Nunca antes gané nada!”. Con el dinero planea pagar algunas deudas, e incluso sueña con poder adelantar algunas cuotas del plan de su auto, que todavía sigue pagando. Además, dice que deberá comprarle un nuevo celular a su hijo.
Cecilia Fátima Montenegro vive en Colombres (Cruz Alta) y es docente. “Compro desde hace muchísimos años el diario, pero jamás gané nada. El viernes pasado dije ‘con esta voy a ganar’... El miércoles, antes de bañarme, decidí empezar a anotar la grilla de abajo, pero me faltaban dos números. Entonces controlé la de arriba, y vino la sorpresa. No lo podía creer, la revisé varias veces; fue una enorme alegría”, relata y agrega: “la idea es disfrutarlo al dinero. Espero hacer algunas reparaciones en casa y alguna salida o viajecito; seguro también la próxima semana organice algún evento con mi hermana y con amigas para reunirnos y festejar”.
El tercer ganador es José Alberto Ibáñez; tiene 71 años, es jubilado y es vecino de la capital. El lunes le faltaba ya un número y -relata- de la ansiedad no podía ni comer. “Finalmente salió el 70 y fue una gran alegría. En casa todos estábamos controlando los números, por todos lados -dice-; cuando tenía 10 años yo vendía el diario... Y hoy gané. Con este dinero voy a seguir comprando cosas para seguir haciendo la casa. Nunca se termina”.