Yoko Ono cargó gran parte de su vida con dos estigmatizaciones que el gran público no se la perdonó: ser la pareja de John Lennon y ser acusada por la ruptura de Los Beatles.
Pero a mediados de los años 60, Yoko Ono, que hoy cumple 90 años, ya era una artista reconocida en diferentes países.
Integraba el grupo Fluxus (creado en 1962), junto a George Maciunas, John Cage, Nam June Paik, Wolf Vostell, Merce Cuningham, y Joseph Beuys (entre otros) que, tanto en Europa como en Estados Unidos se involucraba en diferentes disciplinas artísticas.
La poesía y la instalación, la fotografía y el cine, la pintura y la música.
En definitiva, se planteaba como un heredero del dadaísmo, un arte experimental, conceptual y de vanguardia.
Yoko Ono era todo eso antes de conocer a John Lennon. “Cut Piece” fue una performance en la que el público cortaba con una tijera su ropa, dejándola casi desnuda. En el cortometraje “Bottoms” se exhibían 365 traseros en primer plano y para entonces, había publicado un libro de instrucciones con poemas haiku.
Hija de un banquero, desde que llegó a Estados Unidos simpatizó y concurrió a los bares de los beatniks, con su elegante atuendo de color negro.
Uno de sus últimos trabajos, es, igualmente, un work in progress que lleva más de 20 años.
“El árbol de los deseos”, inaugurado en Finlandia y que propone que cada persona escriba su anhelo en un papel y lo cuelgue en un árbol.
Así fueron instalándose esos deseos en diferentes países de Europa y también en Latinoamérica. En 2007, Ono inauguró otra serie de árboles en Washington (Estados Unidos) como parte de una exhibición en conmemoración del festival Nacional de Cerezos en Flor.
Y de allí pasó a la virtualidad, en su cuenta de Instagram.
En Buenos Aires
Yoko Ono planteó esta serie, de las Instrucciones hace 60 años, y en su última visita a Buenos Aires, expuso 80 obras, pero también su “Dream Come True”, con el denominado Evento Agua.
Las instrucciones fueron escritas en las paredes del Malba, y a través de un teléfono, se comunicaba con el público.
Las “instrucciones” son piezas compuestas por mensajes simples y poéticos, que invitan a los espectadores a realizar determinadas acciones, como “escuchar el sonido de la Tierra girando” o “encender un fósforo y observar hasta que se consuma”.
Todo este trabajo se propone como objetivo la “paz mundial”.
Yoko Ono ha estado administrando la fortuna de 800 millones de dólares de John Lennon desde su asesinato el 8 de diciembre de 1980.
Pero hace un par de años, la justicia nombró a su hijo como director de ocho empresas vinculadas a la familia y The Beatles según el diario The Mirror, incluida la multimedia Apple Corps.
La artista está afectada en la salud, pero además con su pérdida patrimonial ha quedado recluída.
Yoko Ono todavía vive en el mismo edificio Dakota de nueve habitaciones en Nueva York donde John fue asesinado de ocho tiros por Mark Chapman.
Las estigmatizaciones con las que cargó desde que se unió a Lennon en 1966 se agravaron desde que el ex beatle fue asesinado. Pero Yoko Ono no puede reducirse a ese rol, a pesar de que el gran público opine que ella fue beneficiada por la fama y el dinero de su pareja.
Fue y es una artista que cruzó las fronteras entre los géneros artísticos y recorrió y llevó su arte a diferentes regiones del mundo. Eso sí, sin demagogia alguna.