“Me invitaron a hablar sobre el archivo, su rol y problemáticas que tienen, en general, y los que están en la Argentina, en particular. Me voy a referir a la situación del AGN que ha cumplido 200 años; fue creado en 1821, en el gobierno de Martín Rodríguez. Estamos en un proceso de normalización de los fondos documentales que son muy importantes porque reflejan la historia, la memoria y también los derechos que conquistó el pueblo argentino. Como son objetos de consulta, de investigación, sobre todo por el mundo académico, para nosotros también escucharlos a ellos es muy importante, saber qué falencias encuentran, qué dificultades tienen, qué podemos hacer para mejorar, así que vamos a hablar un poco de este tema”, señala el licenciado tucumano Pablo Fontdevila, director del Archivo General de la Nación que disertará hoy, en el marco de los festejos por el 15 aniversario del Instituto Superior de Estudios Sociales que se desarrollarán en la Residencia Universitaria de Horco Molle, a partir de las 9.
- ¿Por qué son importantes los archivos de esta naturaleza?
- Guardan la memoria histórica, y en consecuencia, son objeto de estudio porque la historia es la que nos ha traído hasta este presente y naturalmente, ese traslado puede ayudar a vislumbrar el porvenir. Los archivos son una fuente importantísima de la investigación, de las ciencias sociales básicamente, pero muchísimos profesionales que van a terminar sus carreras, no solamente historiadores, abrevan en los archivos y en consecuencia, es muy importante que esos archivos estén disponibles, que esa documentación se haya conservado.
- ¿Los documentos del AGN llegan hasta el siglo 21?
- Tenemos documentación desde el siglo 16 hasta este año. Alguna documentación llega con tiempo de retraso, más o menos significativo: lo que tiene valor secundario, valor histórico o probatorio o valor testimonial. Por ejemplo, los decretos del Poder Ejecutivo Nacional son documentación que tiene valor secundario y tienen que tener guarda permanente y eso es algo que nosotros vamos incorporando sistemáticamente en el Archivo.
- ¿El AGN se nutre también de documentación de las provincias?
- No, porque en principio, entendemos que este es un país federal y los documentos que son de carácter administrativo van a parar a los archivos provinciales, pero sí tenemos fondos documentales que provienen del sector privado, de personalidades, de gente que le dona al Archivo documentos, también libros. Tenemos documentos que son escritos sobre papel, fotografías, y también fílmicos, y documentos, por ejemplo que son solamente sónicos. Acabamos de publicar una serie de documentos en internet, entre ellos, uno de los pocos registros de la voz de Alfonsina Storni. Hay fotos de ella, pero no hay grabaciones de sus opiniones.
- ¿Cuál es el documento más antiguo que tiene el Archivo?
- Son documentos de la Colonia, referidos a instrucciones de la Corona española a los funcionarios del Río de la Plata. Desde 1500, en adelante, hay algunos documentos. Y por otro lado, hay que pensar que hay acá documentación que tiene que ver con la extensión completa del virreinato, eso hace a países, como Uruguay, Paraguay y Bolivia. Hace poco tiempo vinieron de la Universidad de Chuquisaca, en Sucre -ellos cumplen ahora 400 años- estaban interesados en documentación sobre alumnos notables que tuvo la Universidad de Chuquisaca, de los cuales el AGN conserva documentos. Por ejemplo, tuvo de alumnos a Belgrano, Castelli y Monteagudo. La Universidad se conserva casi como fue construida, es un edificio colonial hermoso y ahí están también recordados los argentinos que estuvieron en esa universidad. Hay una variedad muy significativa de documentos. Tenemos, por ejemplo, la colección completa de la revista Caras y Caretas que fue la primera revista gráfica de Argentina, tenemos miles de fotografías de esa revista o poseemos casi todo el acervo de lo que fue Witcomb, la primera casa de estudios de fotografías que se instaló en Buenos Aires.
- ¿En qué estado lo encontró cuando asumió?
- Asumí a comienzos del 21. El Archivo tiene una singularidad: en 2012, se tomó la decisión de que la cárcel de Caseros, ubicada en Parque Patricios, fuera demolida para destinarla al Archivo General de la Nación. Se hizo un concurso de proyectos, en 2015 empezó la obra que se terminó en 2019. Un nuevo edificio pensado y diseñado para archivo, tenemos la suerte de que este edificio haya sido construido para ese fin, tiene ambiente de conservación controlado. Estamos trabajando mucho con la normalización de la documentación del Archivo. Hemos digitalizado ya un porcentaje muy alto, arriba del 70%, de los que son fílmicos, fotografías, pero todavía nos falta mucho.
- ¿Cómo se puede acceder a este material? Supongo que un ciudadano común tiene acceso al archivo.
- Sí, el modo convencional es venir a la sala de consulta, hemos avanzado mucho en internet con los documentos, hoy se puede entrar portal del AGN y tenés 12.000 fílmicos, los cuales podés bajarlos y visualizarlos o sea que hay bastante accesibilidad para ese tipo de documentos, también documentos escritos, pero no tanto, pero vamos avanzando con aquellos que tienes mayor demanda. Por ejemplo, en este momento son las constancias migratorias porque la gente las necesita para tramitar la doble nacionalidad, hay muchas demandas de ese tipo. Hay una aplicación en el portal que permite hacer la búsqueda, hay que tener alguno de los datos clave para las búsquedas: el año de arribo, el nombre del barco, por supuesto, los nombres de las personas, el pueblo de origen
- En el Hotel de Inmigrantes brindan también esa información.
- Sí, parcialmente. Nosotros somos los que certificamos esa información, porque a los libros de migración los tenemos nosotros. Lo que quedó en Inmigrantes son algunas tarjetas que se hicieron levantando información de los libros. Estamos trabajando con los decretos que son bastante requeridos. Hay cosas muy curiosas, algunos años, como 1947, donde se firmaron 46.000 decretos. El decreto en ese entonces no tenía permitido el anexo, así que si se designaban 20 maestras había 20 decretos. Eso multiplicaba la cantidad.
- ¿Cuál es la joya que del archivo?
- No sé decirte eso, hay tantas cosas interesantes… de filmaciones antiguas impresiona mucho el día del entierro de Yrigoyen por la magnitud, por la vestimenta de la época, pero hay muchas joyas. El de Alfonsina tiene mucho ruido porque la grabación se hacía sobre cilindros, eran muy precarios los grabadores.
- Tengo entendido que la documentación del Archivo Provincial de Tucumán, fundado en 1889, llega hasta 1904. ¿A qué cree que se debe?
- Ese es uno de los temas que preocupan. No sé, cualquier interpretación mía puede ser caprichosa, pero evidentemente había mucha demanda de estudios de esa época, toda la etapa de la Organización Nacional en el siglo 19, pero no sé por qué el siglo 20 está flojo de papeles.
- ¿Eso habla también del desinterés que tenemos los tucumanos por conservar nuestro patrimonio del pasado, cultural, arquitectónico?
- Sí, pero no es un problema solo de los tucumanos, es muy desigual en otros lados. Hay casos como los archivos de Córdoba o San Juan que son muy potentes; en San Juan, el archivo es descentralizado, tiene recursos, fondos presupuestarios, hay otros que están en una situación difícil: tienen muy poco personal o se les ha dado poca importancia. En general, hay un descuido, que se ve en otros países de Latinoamérica también. Después se destacan, los de Europa, conozco el de Francia que es un archivo imponente, tiene 1.000 años más de historia que nosotros. Imponente en su edificio, en la cantidad de recursos humanos, de la importancia que le dan, de los recursos económicos, se aprecia que hay una real valoración o una máxima valoración del valor de la documentación histórica.