13 Marzo 2023
El Racing de Fernando Gago es un equipo raro, impredecible, cambiante. Así como una tarde puede ganar, golear y gustar, en la siguiente es capaz de perder contra el rival menos pensado.
Pero lo que nadie puede negar es su intención de juego y su vocación ofensiva. Eso sí, sufre el síndrome de la falta de eficacia; porque genera situaciones, ataca con todo, pero no convierte goles. Y eso en muchas ocasiones termina jugándole en contra.
Ayer, en el duelo contra Sarmiento, terminó sufriendo y colgado del travesaño luego de haber tenido el 80% de posesión durante la primera mitad y de haber generado varias chances para ponerse arriba en el marcador.
Sólo un remate de Matías Rojas, cuando el descanso ya asomaba en el horizonte, tocó la red del arco de Sebastián Meza. Pero a esa altura, el 1-0 le quedaba corto al resultado.
Y en el complemento, como es una costumbre de la “academia”, terminó ajustado, sufriendo y pasando unos cuantos sofocones. Lo positivo es que supo aguantar el vendaval. Zafó, ganó y sumó tres puntos claves para seguir subiendo en la tabla.
En La Plata, en el inicio del ciclo de Eduardo Domínguez al frente del equipo, Estudiantes le ganó 2-1 a Huracán con un golazo de Santiago Ascacíbar a los 94’.
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