Cómo ser parte esencial en la cocina de una ópera

Eduviges Picone abraza la carrera musical desde el piano y en diversas aristas. Se destaca como maestra repertorista, y ofrece una capacitación.

DESDE EL COMIENZO. Picone interviene en la enseñanza y el acompañamiento a los artistas en una puesta. DESDE EL COMIENZO. Picone interviene en la enseñanza y el acompañamiento a los artistas en una puesta.

El Foyer del teatro San Martín (avenida Sarmiento 601) albergará, desde mañana y hasta el jueves, una capacitación gratuita destinada a solistas seleccionados para la próxima puesta en escena de la ópera I Pagliacci, a estrenar en mayo, así como para repertoristas y pianistas.

La conducirá Eduviges Picone, reconocida maestra en dirección orquestal, que respondió preguntas de LA GACETA.

- En su carrera musical, ¿cómo y cuándo empieza su relación con la ópera?

- Una vez que terminé la carrera de dirección orquestal en Bellas Artes de La Plata entré al Instituto Superior del Teatro Colón a estudiar preparación de óperas. De los tres años sólo pude hacer dos porque empecé a trabajar bastante intensamente y no pude continuar la carrera. Después me fui a vivir a Europa y allí tomé contacto directo con la ópera. Cuando regresé al país entré al Teatro Argentino de La Plata, el mejor instituto que he tenido en cuanto al aprendizaje y a transitar esta profesión.

- ¿Cuál es la tarea de una maestra repertorista, su expertise?

- Como el nombre indica, la tara tiene que ver con el repertorio operístico, que es abordado por los cantantes cuando tienen que llevar a cabo la ejecución de una ópera. La tarea de la maestra repertorista es justamente enseñar y hacer que el cantante pueda aprender, desarrollar y aprehender el rol que debe abordar en la producción de la ópera. También lo hago en forma privada, y trabajo con cantantes líricos que llevan sus arias para poder trabajar sobre ellas. En cuanto a la interpretación del rol, al idioma, a la parte melódica y rítmica, todo es materia de abordaje del maestro repertorista con el cantante. En cuanto a la expertise como maestra repertorista, he tenido la posibilidad de transitar mucho camino, ya sea en el Teatro Argentino, en el Colón, en el Bicentenario de San Juan, en varias oportunidades en que he tenido a mi cargo el armado de una ópera. También lo hago desde la actividad privada y soy enseñante de repertorio en el Instituto de Arte del Teatro Colón. Tengo vasta experiencia, y es una tarea maravillosa.

- ¿Qué le da a usted trabajar con cantantes solistas? ¿Qué debe esperar el cantante del pianista acompañante?

- Se establece una hermosa relación en este trabajo, porque uno se convierte no sólo en el pianista, donde el cantante se refugia, se apoya y constituye el sostén. También a veces es un acompañamiento afectivo y psicológico durante el aprendizaje, que es muy importante, porque se trabaja varias horas al día cuando no está en la producción de una ópera. Y luego son dos o tres meses de trabajo, y se genera una relación. El cantante siempre espera del pianista apoyo y contención no sólo en lo musical, el acompañamiento durante el proceso.

- ¿Usted interviene desde el comienzo en la construcción de la puesta de una ópera guiando a los cantantes?

- Es así, el repertorista está desde el comienzo en la cocina de una ópera, acompañando todo el proceso de aprendizaje, de la internalización. Luego vienen los ensayos musicales, de conjunto al piano. Todo es un proceso maravilloso que se acompaña, donde una está muy atenta a la evolución del cantante, a las correcciones pertinentes; aun cuando haya trabajo en camarines, como llamamos al trabajo individual del rol con cada cantante, nosotros seguimos acompañando al cantante.

- ¿Cómo y cuándo se relaciona su trabajo con el director de la orquesta? ¿Y con el régisseur?

- El contacto con el director de orquesta debe estar desde el inicio porque una debe saber cuál es la impronta que él le dará a la producción. Tiene que ver con los tiempos, con las tradiciones en la ópera, con la edición… Lo ideal, y no siempre sucede, sería que el pianista preparador esté en contacto con el director y una vez que nuestro trabajo termina toma la conducción el director de orquesta. Entonces finalmente se establecen los tiempos definitivos y luego uno tiene que seguir manteniendo las pautas establecidas por el director. Con el régisseur tomamos contacto el día que se hace montaje de escena. En la mayoría de las veces conocemos al régisseur cuando comienza el trabajo en escena, que normalmente es un mes antes del estreno.

- ¿En qué momento del proyecto siente usted que su trabajo ha dado resultado?

- Una finalmente siente que su trabajo está realizado cuando, por ejemplo, en el primer ensayo musical a cargo del director él está de acuerdo con el trabajo y con las indicaciones realizadas, entonces se siente gran satisfacción. Obviamente, el corolario es cuando los artistas suben al escenario, en los primeros ensayos. De todos modos este trabajo es como que nunca termina; es infinito, siempre hay detalles para corregir, para mejorar, pero desde el punto de vista de mi tarea siento que mi trabajo lo entrego realizado al director en el primer ensayo musical al piano.

- En cuanto a repertorio operístico, ¿tiene alguna preferencia de autores o períodos?

- En cuanto al repertorio operístico, por sobre todo me identifico con la obra de Giacomo Puccini. Es el compositor que me moviliza, que me apasiona. En general me fascina todo el verismo (fines del siglo XIX, principios del siglo XX). En mi carrera me ha tocado hacer diversos autores y estilos; a todos los encaro con entrega, compromiso y pasión.

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