El robo de cables, un delito que no se detiene

En lo que va del año se hurtaron más de 500 metros de ese elemento. La pérdida fue estimada en $750.000. Las cifras en negro.

LA ZONA MÁS AFECTADA. Las autoridades municipales informaron que la zona del Acceso Norte es la más afectada por los robos. LA ZONA MÁS AFECTADA. Las autoridades municipales informaron que la zona del Acceso Norte es la más afectada por los robos.
26 Marzo 2023

Los robos y el vandalismo que sufre el alumbrado público y los particulares es un delito que no pareciera tener fin en la capital tucumana. Como ocurre en el interior y en otras provincias, organizaciones se han volcado al robo de este elemento para vender el cobre que tienen en su interior.

Las autoridades del municipio capitalino explicaron que el año pasado se perdieron alrededor de 98 kilómetros de cables. Para tener una idea más clara. Con todo lo sustraído en 2022, se podría poner un extremo en la plaza Independencia y el otro, 15 kilómetros después de haber pasado Termas de Río Hondo, en Santiago del Estero, según la distancia que marca Google Maps. El director de Alumbrado Público Enzo Mazzucco informó que en los dos primeros meses del año el servicio ha sufrido la pérdida de 500 metros.

Pero a ese número, hay que sumarle los centenares de metros que desconocidos cortan en las viviendas de particulares. “Ya no hago la denuncia ni llamo al personal de Edet. Es una pérdida de tiempo, contrato a un electricista y listo”, sostuvo Mario Ortiz, vecino de Villa 9 de Julio. “Pensé que al no tener gas natural no sufriría un ataque, pero el día que se llevaron los cañitos de los medidores, a mí me sacaron los cables”, agregó Lucía Heredia.

Según las autoridades, las pérdidas que genera esta modalidad son millonarias. Mazzucco explicó que el metro de este cable tiene un valor de $ 9.000. En lo que va del año, el municipio ya sufrió un gasto de $ 4,5 millones. Y, con los valores que se manejan actualmente, durante todo el año pasado ascendería a más de $ 800 millone. Mazzuco explicó que en lo que va del año la zona más afectada fue el Acceso Norte, donde desconocidos sustrajeron más de 80 metros del tendido público. “Con ese robo nomás, el gobierno municipal tuvo que afrontar un gasto de $ 820.000”, comentó.

Otros sectores afectados fueron el Parque 9 de Julio y los barrios Sarmiento y San Miguel, ubicados a la altura de la Avenida Benjamín Aráoz al 1.100, a una cuadra de la seccional 11a. En el barrio El Bosque también hubo una serie de robos cometidos hace dos semanas entre las calles 12 de Octubre y Paraguay. “Tironearon los cables y hasta se  robaron un transformador”, dijo Mazzucco.

El Manantial Sur también fue escenario de diversos robos, entre el año pasado y lo que va de este. “Aquí hay un problema adicional: todavía no se terminaron de entregar todas la viviendas, entonces quedan zonas desprotegidas. No estamos haciendo un trabajo permanente en el área, sino que vamos de vez en cuando”, comentó el funcionario en una entrevista con LA GACETA.

En un sector nuevo del barrio Congreso II, también hay vandalismo de cables. “Cuando se hizo entrega de las casas había algunos sectores que no tenían luz. Al averiguar qué pasaba nos enteramos que durante la noche entraron a algunas de las viviendas y robaron cables”, relató el funcionario.

Modalidades

Mazzucco explicó que a raíz de investigaciones realizadas detectaron que hay dos modalidades de efectuar el robo del alumbrado público. La primera manera es cometida por gente inexperta y suelen ser hechos aislados. “Son ataques de personas que viven en condiciones marginales, que al pasar por un lugar tironea un pedacito de cable para llevárselo, ya sea para venderlo o sólo para hacer daño”, describió.

La otra forma de delinquir suele ser una modalidad más profesional. “Los involucrados roban entre 300 o 500 metros de cable y se nota que conocen sobre el tema por las herramientas que usan y la manera en que cortan el cable. Utilizan dos hilos conductores y al momento de sacarlo, cortan el hilo en distintas medidas ya que si los cortan juntos se puede producir un cortocircuito. Además utilizan herramientas específicas para esa labor y llevan escaleras porque saben que los cables están a una altura de siete metros aproximadamente”, indicó.

Otros blancos

El alumbrado no es el único recurso vandalizado. Según informó Mazzucco, los puestos de encendido que distribuyen la energía, los semáforos y algunas llaves de luz también sufrieron daños.

“En el puesto de encendido ubicado en la calle Américo Vespucio al 1.600, lo que hicieron fue romper a pedradas, llevarse lo que había adentro y en consecuencia dejaron a todo ese sector sin luz”, destacó. Algo similar ocurrió en el barrio Terán cuando al atacar una de las columnas de electricidad para robar artefactos dejaron sin servicio a la zona.

Sobre las avenidas América, Belgrano y Viamonte predomina el daño a los semáforos. “A nivel del piso hay cámaras a las cuales destapan y roban los cables y otros componentes. Entonces muchos de los semáforos que están sin funcionar en la ciudad es a causa del vandalismo. Además conseguir esos repuestos es más complicado en comparación con el cableado del alumbrado público, por lo que la solución demora un poco más”, graficó el funcionario. Mazzucco también tiene otra teoría. Cree que muchos de los lugares en los que se sustraen los cables o se manipulan las llaves de luz es para poder preparar la escena y cuando esté todo oscuro asaltar a quienes circulan por la zona o ingresar a las viviendas de los vecinos. “Cada vez que nos quedamos sin luz en las calles, vienen los chicos adictos a robar lo que sea del interior de nuestras viviendas”, explicó Juan Cruz Miranda, vecino de barrio Parque.

La falta de energía eléctrica genera otro problema a los vecinos.  En algunos barrios de la capital hay alarmas de seguridad que se activan ante casos delictivos, pero cuando se corta la electricidad del alumbrado público, esa alarma deja de funcionar.

Hay un sector de Villa Luján que permanentemente se queda sin el servicio de alumbrado público. “En las calles Viamonte y Santa Fe hay un grupo de personas que baja la llave con una caña. Nos ha sucedido de ir al lugar a trabajar y que esta gente comience a tirarnos piedras por lo que tuvimos que retirarnos. Después tuvimos que ir con nuestra guardia de protección para poder trabajar tranquilos”, explicó Mazzucco.

Cada vez que los vecinos denuncian una falla en el alumbrado público la solución puede demorar a partir de dos días. “Cuando nosotros detectamos dónde está dañado el alumbrado, al día siguiente ya proveemos del cable y lo colocamos; al menos que sea durante el fin de semana, en esos casos demoramos un poco más de tiempo porque tenemos que esperar para acceder al material industrial”, dijo el funcionario.

“Lamentablemente no tenemos la forma de proteger el cableado aéreo, nuestra única herramienta es hacer recorridos preventivos con colaboración de la Patrulla de Protección Ciudadana, que algunas veces da resultado, pero otras no”, finalizó. (Producción periodística Micaela Pinna Otero)

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