Una joven madre murió por quedar en medio de una balacera

La víctima pasaba por el lugar donde dos motochorros disparaban contra un joven al que le habían robado la moto. Amenazas

MUESTRAS DE DOLOR. Los familiares de Johana Carrizo acondicionaron el frente de su humilde vivienda para recibir a las personas en el velorio. MUESTRAS DE DOLOR. Los familiares de Johana Carrizo acondicionaron el frente de su humilde vivienda para recibir a las personas en el velorio. La Gaceta / foto de Diego Aráoz

El dolor desgarra a toda una familia por una muerte que no tiene explicación y que movilizó a todo un barrio. Una joven de 32 años, madre de un pequeño de tres años con discapacidades, murió por el disparo que recibió en medio de un robo. Ella pasaba por casualidad por una esquina y terminó baleada. “Sólo quiero que se haga justicia por mi hija; esas dos personas la mataron y tienen que quedarse en la cárcel”, expresó Sira Robles, madre de Yohana Isabel Carrizo, la joven que falleció el martes, luego de haber estado un mes internada en el hospital Padilla.

El 24 de febrero, cerca de las 21, Yohana abandonó su hogar junto a su pareja y a su hijito de tres años. Circulaban en moto por el barrio Santa Teresita. No sabían lo que estaba pasando en la esquina de Gutenberg y Thomas Edison. “Bocacho” y “Tío Luis” se habrían apoderado de la moto de un joven. El damnificado, cuyo nombre se mantiene en reserva, reaccionó y pretendió detener a los asaltantes arrojándoles piedras. “Sabemos que ellos, al verse en peligro, decidieron defenderse. ‘Bocacho’ le pasó el arma y ‘Tío Luis’ comenzó a tirar hacia atrás. Mi hija recibió uno de esos disparos”, recordó entre lágrimas la madre de la fallecida.

El ataque causó un enorme revuelo en el vecindario. “Me acuerdo clarito. Estaba la chica mal y no entendíamos qué había pasado. Pensamos que le querían robar, pero después entendimos que no era así. Había tenido la desgracia de pasar por el lugar. Ahora nos enteramos de que había fallecido después de haber estado mucho tiempo internada. No me voy a olvidar nunca cómo lloraba esa criatura al ver a su mamá herida”, describió María Laura Colombres.

A cirugía

Los vecinos le contaron a LA GACETA que luego del ataque llamaron al 107 para que trasladaran a Yohana a un centro asistencial. “Como no aparecía, los policías decidieron cargarla en la camioneta. Fue una situación muy tensa. La chica tirada y todos desesperados porque no la podíamos ayudar”, agregó la vecina.

“Después de la cirugía ella quedó mal pero todavía estaba consciente; uno de los médicos me dijo que me acercara y que le hablara porque sí entendía y eso hacía yo, le charlaba y le decía que estaban su hijito y su mamá afuera y ella lloraba”, recordó, entre lágrimas, su padre, Ramón Francisco Carrizo. “El martes a la mañana al comienzo las enfermeras no me dejaban pasar, al rato vino la médica preguntando por mí y me dijo que pasara a despedirme porque estaba en coma y no se podía hacer más”, dijo Sira. “En ese momento me descompuse, tuve que salir afuera para calmarme; ese día a la tarde se nos fue”, agregó.

La investigación

La familia también sufrió otro calvario: lograr que se esclareciera el hecho. “Fuimos a la seccional 4ª para hacer la denuncia, pero nos dijeron que ellos no podían hacer nada por el momento”, explicó la madre de Yohana.

Jesús Pajón, pareja de la joven, siguió reclamando por la detención de los autores. El 25 de febrero realizó la primera denuncia. Tres días después, aportó unos registros fílmicos con los que los efectivos pudieron identificar a los autores del hecho. Pero faltaba algo más: antes de que saliera la orden de detención de los acusados, uno de ellos se presentó en el domicilio de la víctima y amenazó con matar a todos si seguían adelante con la causa.

“Toda esa familia está metida en la venta de drogas, ellos entran todo el tiempo a la cárcel, pero los meten y salen a los tres meses; la madre de uno de ellos vende droga entonces paga para que lo liberen”, dijo Ramón.

Personal de la ex Brigada, al mando de los comisarios Héctor Vizcarra, Miguel Carabajal y Jorge Dib, aprehendió a los primos Jonathan Ezequiel “Miyi” y Jonathan Matías “Tío Luis” Barboza.

Prisión preventiva

El auxiliar Fernando Isa, siguiendo instrucciones del fiscal Diego Hevia, logró en un primer momento que se los acusara de lesiones graves y logró que el juez Matías Graña les dictara la prisión preventiva. Luego, el acusador, al lograr que la víctima del robo declarara, en una nueva audiencia agravó los cargos en contra de los dos imputados. Al fallecer la víctima, la situación de ambos se agravó: serán acusados de homicidio, por lo que la causa ya está en manos del fiscal Ignacio López Bustos.

Más problemas

“Ella no hizo nada malo, salía a vender papel higiénico y la mataron. Dejaron a un nene de tres años, que es discapacitado, sin su madre; se llevaron a una persona buena”, se lamentó su esposo Pajón.

La familia de la víctima también está dolida con la Justicia. No por el estado de la causa, sino porque la familia de los acusados logró que les asignaran una custodia policial. “No puede ser eso. Ellos nos amenazan todo el tiempo. La gente del barrio, al enterarse, se enojó con ellos y, como tienen miedo, consiguieron una protección. A nosotros nadie nos protegió, a pesar de que nos amenazaron”, explicó la madre de la joven asesinada.

El martes por la tarde, el cuerpo de la joven fue velado en el domicilio familiar del barrio Santa Teresita. Decenas de vecinos y familiares pasaron por ese lugar a darle el último adiós. “No puede ser que todo lo que pasó. No sólo mataron a una inocente, madre de un angelito, sino que también amenazaron a medio mundo. La madre de uno de ellos es una transa y todo el mundo le tiene terror. Espero que no ponga la plata para que lo liberen”, explicó María Rosa Juárez.

El temor que genera la familia de los acusados está plasmado en la investigación. La mayoría de las personas que los incriminaron declaró bajo la figura de testigo de identidad reservada, es decir, su nombre se mantendrá en secreto hasta tanto se realice el juicio. “Esos changos son una porquería. Todo el barrio sabe lo que hacen. Los viven metiendo presos, pero salen rápido porque una de las madres vende droga y tiene plata para hacer lo que quiera”, finalizó Hugo Pérez. (Con colaboración de Micaela Pinna Otero)

Homicidios: se mantienen los números del año pasado

Con los dos crímenes registrados en las últimas horas, la cantidad de homicidios en el primer trimestre del año llegó a 22, idéntica cantidad de los registrados el año pasado. El dato más importante es que, según los números que maneja el Ministerio Público Fiscal, se redujeron los crímenes de inseguridad. Hasta al cierre de esta edición, no hubo ninguna víctima en ocasión de robo. Sí se contabilizaron dos casos de ladrones que fueron ultimados por personas a las que habrían asaltado y otras dos perdieron la vida sin estar involucradas en el hecho de inseguridad, como es el caso de Johana Carrizo. En total fueron cuatro, uno menos que en 2022, aunque dos murieron al ser asaltadas.

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