Entrevista a Agustín Salvia: “La clase política no logra dar respuestas a problemas reales”

El sociólogo analizó el impacto del aumento de la pobreza en la vida cotidiana y la falta de debates serios para encontrar soluciones por parte de la política

SALVIA. SALVIA.
01 Abril 2023

El último dato de la pobreza en Argentina, que alcanzó un 39,2% a nivel nacional, escandaliza. Y es una situación, además, que impacta en diferentes ámbitos de la vida cotidiana. Al menos, así lo plantea el sociólogo Agustín Salvia, titular del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA). El especialista fue lapidario: “la pobreza afecta la calidad de la democracia”.

“La pobreza crónica afecta la capacidad de la democracia de conseguir consensos racionales, de ejecución de políticas de equilibrio e inclusión”, ahondó. También en la línea política, el sociólogo considera que hay un agotamiento de la legitimidad de las clases políticas, basado también en un cansancio de la sociedad en torno al discurso de las dirigencias. “La clase dirigente está tomando cada vez más conciencia de que el discurso que se ha desarrollado en las últimas décadas no va encontrando eco en la sociedad, se reconoce cada vez más como un discurso vacío”, apuntó Salvia.

En ese sentido, criticó las discusiones que lleva adelante, justamente, el sector político. “Lamentablemente, todavía seguimos discutiendo ideologías, cuando la gente tiene problemas reales y concretos, y la clase política no logra dar respuestas, con acuerdo o sin acuerdo, a esos problemas reales y concretos de la gente”, subrayó el investigador.

A criterio de Salvia, este indicador implica un desafío de toma de conciencia para las clases políticas. ”La sociedad argentina está demandando otro tipo de promesas políticas: lograr los acuerdos sociales básicos, que se constituyan en política de Estado, no cambien de un gobierno a otro”, reforzó.

Las medidas necesarias

El sociólogo opinó que la sociedad argentina “no va a salir adelante porque el Estado dé más protección, más planes, y mejore los programas sociales que tiene”. “Lo que necesitamos es crear empleo”, añadió. Se debe apuntar, remarcó, a que las familias puedan lograr ingresos con su propio esfuerzo, y que se pueda pensar en un mejor vivir para las familias de menos recursos. “Eso la Argentina no lo ofrece hoy para los más pobres. Hay gente que se esfuerza todos los días para salir adelante, progresar y mejorar su condición de vida, y no lo logra”, disparó.

Por eso, Salvia apuntaló que son necesarios cambios de fondo. “Argentina tiene que hacer grandes debates con equipos económicos, y tiene que lograr un conjunto de reformas estructurales en materia tributaria, laboral, de administración pública”, mencionó.

“Hoy por hoy las provincias y los municipios están teniendo mejor capacidad de gestión que el Estado para llevar adelante programas y políticas de inclusión social, pero carecen muchas veces de esos recursos, porque el 70% del gasto social o la inversión lo utiliza el Estado Nacional”, amplió.

También sostuvo que la sociedad reclama que se permita florecer a las pequeñas y medianas empresas, y que se permita emprender con tranquilidad a la clase media que pretenda invertir. “Hay un potencial enorme, la gente pide trabajo, seguridad, estabilidad económica y política, no es mucho”, sintetizó Salvia.

Futuro para los niños

El investigador adujo que no hay, en Argentina, un solo tipo de infancia pobre, un solo tipo de empobrecimiento infantil. Pero hay un 20% o 25% de los niños, apuntó, que “integran el segmento más castigado en términos de desarrollo humano, que son las infancias más pobres, que vienen de hogares indigentes”.

Estos niños, remarcó, tienen una alimentación de mala calidad, que genera problemas en su desarrollo biológico. También demuestran problemas de estimulación y dinámicas de socialización que pueden ser “corrosivas”, según Salvia. El sociólogo explicó que hay luchas para que esos sectores sean contenidos “del narcotráfico, de la delincuencia, que la escuela los proteja, que los asistan efectivamente en la Iglesia”. “Las condiciones materiales son muy hostiles, y esas infancias están sufriendo una exclusión; es una desinversión desde el punto de vista para nuestra sociedad”, sentenció.

Según Salvia, los procesos para incorporar a esos sectores más pobres a la sociedad, y permitirles progresar, “requieren de otras dinámicas” y no tanto de ayudas económicas estatales. “Hay que lograr que la familia logre tener un trabajo digno y lleve adelante un proyecto de vida donde el trabajo le permita tener capacidad de ahorro e invertir en su propio desarrollo humano, y no solo depender del Estado”, concluyó.

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