Tucumán, donde los Mundiales sólo se ven

03 Abril 2023

Los efectos de la fiesta multitudinaria y pasional que produjeron las presentaciones del seleccionado campeón del mundo en Buenos Aires y en Santiago del Estero todavía se sienten. Y, a poco de ello, la por ahora extraoficial novedad de que el Mundial Sub-20 se jugará, como sede única, en nuestro país entre el 20 de mayo y el 11 de junio, le aportó más adrenalina a esta fiebre futbolera de raíz internacional que se vive en Argentina. Como un efecto colateral negativo, al menos para Tucumán, lo que está pasando y lo que va a suceder lo obliga a seguir en un rol de mero espectador.

En horas recientes, a esta herida tucumana se sumó la ratificación de que Argentina, junto con Uruguay, Paraguay y Chile, pretende organizar el Mundial de mayores de 2030. Hasta se deslizaron las posibles sedes, y otra vez el Único “Madre de Ciudades” santiagueño aparece en la lista de posibles escenarios.

La baja de Indonesia como país organizador del Mundial Sub-20, por razones políticas, generó la inmediata reacción de la Asociación del Fútbol Argentina, que ofreció al país como organizador del certamen. Y en medio de la danza de potenciales sedes, surgieron dos cercanas a Tucumán: el ya citado estadio santiagueño y el “Padre Martearena”, de Salta, que albergó partidos del mismo torneo juvenil en 2001.

La falta de un escenario de envergadura en Tucumán no tiene explicación. “No se entiende realmente, teniendo una gran población, las hinchadas más fieles del norte argentino en fútbol, pasión indiscutible por el rugby, gran concurrencia a diferentes tipos de espectáculos”, opinó sobre el particular un lector en el foro de LAGACETA.com. Lo de la necesidad de un estadio acorde para aspirar a estos eventos suena lógico. Se diría, hasta es casi un clamor de nuestro fútbol, que ya lleva décadas. En este juego de querer y no concretar, no se puede olvidar el anuncio realizado en 2022 para levantar uno en Lules, lo cual quedó solamente en un enunciado. Tal como sucedió anteriormente con otras propuestas. Llegamos a un presente en el que nada referido a la construcción de un escenario en Tucumán asoma en el horizonte. Claro que no es lo único que falta: en la provincia se acumulan las necesidades de urgentes e imprescindibles inversiones en infraestructura en rubros de lo más variados, la mayoría imprescindibles.

Volviendo al tema de un estadio, sería un error reducir la idea de recibir espectáculos de la envergadura que propone el fútbol a la construcción de uno. También hay normativas que cumplir en las ciudades que pretenden citas mundialistas. Es fundamental estar a la altura en sistemas sanitarios; transporte público y privado; conexiones por vía terrestre y aérea con el resto del país y con los países vecinos; estándares de seguridad; calidad de los servicios; capacidad hotelera, además de ofertas gastronómicas y turísticas.

A nadie escapa que en la mayoría de estos ítems Tucumán no califica con nota positiva. Torcer esta inercia ya es a esta altura de la historia un deber para toda la sociedad.

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