Asegurar la educación en igualdad de condiciones

El organigrama funcional del Ministerio de Educación de la Provincia define las tareas de la cartera, entre ellas: entender en la formulación de las necesidades edilicias, conforme a los requerimientos educativos pertinentes, de los inmuebles bajo su jurisdicción, así como también del equipamiento de los mismos; promover la utilización de los medios de comunicación social con fines educativos, y proponer la transformación y/o modificación de su estructura orgánico-funcional, a efectos de dar respuesta a la demanda educativa de la Provincia, con la creación, reorganización y/o supresión de organismos del área. Su estructura contempla cuatro secretarías, cuatro subsecretarías y 22 direcciones para la atención de 140.000 alumnos. El 25 de enero, el ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer, comentó que en los establecimientos de toda la provincia se estaban llevando adelante tareas de aprestamiento, desmalezamiento y reparaciones edilicias generales a partir de los programas de inversión del Gobierno provincial y el acompañamiento del Gobierno nacional. El 1 de marzo comenzó oficialmente el ciclo lectivo tucumano con la intención de completar 190 días de clases.

Sin embargo, en el interior de la provincia hay establecimientos que no están en condiciones,  que debieron suspender su actividad, y otros que continúan el dictado a pesar de la situación de precariedad; según se publicó en la edición de ayer del diario. Tal el caso de la escuela de Río Nío, en Burruyacu, donde denunciaron que hace un mes que los chicos están sin clases -ni siquiera virtuales como para no perder tiempo de estudio-, sin docentes y hasta sin local. Como se recordará, en la escuela 210 Gregorio Aráoz de La Madrid, en La Aguadita, los padres de alumnos realizaron cortes de ruta del mes pasado por la falta de agua en el establecimiento escolar. En la escuela Diego de Rojas, en Simoca, los padres juntaron dinero para mejorar las condiciones del edificio y hasta compraron ventiladores a causa de la ola de calor; ahora están viendo de recaudar fondos para adquirir un caloventor para la época de frío. El 8 de marzo se produjo una protesta sobre la ruta 307 de los padres autoconvocados de alumnos en los Valles Calchaquíes por la falta de conserjes y de personal auxiliar de cocina en más de 10 escuelas de Amaicha y Colalao del Valle. El 17 de marzo, en la escuela primaria Uladislao Frías, de Concepción, se produjo un desprendimiento de mampostería de techo, por lo que los padres decidieron no mandara nsus hijos a clases. El 22 de marzo, a tres semanas de inicio del ciclo lectivo, el Gobierno designó 732 auxiliares de escuelas. Las organizaciones sindicales vinculadas a la educación habían denunciado que había que cubrir 2.000 vacantes de conserjes.

Estas situaciones puntuales ponen en evidencia que a pesar de la estructura organizativa del Ministerio de Educación no se llegan a solucionar todos los problemas de algunos establecimientos educativos como para empezar y avanzar con un ciclo lectivo en absoluta normalidad, donde los estudiantes no tengan que perder jornadas de estudio porque no se tomaron todas las previsiones. Esto lleva a señalar que, pese a fijar que habrá 190 días de clases o que habrá una hora extendida en las escuelas, las deficiencias de gestión permitan que haya desigualdades entre los alumnos tucumanos debido a que unos pueden gozar de que no se les suspendan las clases por problemas edilicios o administrativos, los que deberían estar resueltos antes del 1 de marzo. Esto lleva a sostener que para el año entrante las autoridades educativas deberán ajustar sus acciones antes del comienzo del ciclo lectivo 2024 para que no haya quejas de padres, denuncias gremiales y, más que nada, para que no haya estudiantes que no vean garantizada su educación por cuestiones que deben ser previstas por los gobiernos de turno.

Lo primero es asegurar una educación para todos, y eso se logra, entre otras cosas, con lugares confortables para enseñar y para aprender.