Interesante y triste misterio se abre con la muerte de María Kodama. El mayor asombro es cómo entender que una mujer tan cuidadosa del legado de Borges no haya dejado prevista su protección. También cabe interrogarse acerca del papel de los abogados y los consejos que debieron dar. Además de que anunciaron un testamento que ahora no está. Un verdadero misterio que merecería una novela. Después de haberse enfrentado con todos los que rodeaban a Borges, desde Fanny hasta los sobrinos, también con muchos estudiosos y creadores -es el único autor que no posee ediciones críticas en importantes fondos-, ahora deja un vacío que permite la aparición de cinco extraños que ni sabíamos que existían reclamando la herencia. Creo que corresponde que autoridades e instituciones procedan a declarar patrimonio nacional la obra de Borges y destinar las ganancias de los derechos de autor a sostener una fundación que puede estar vinculada a la Biblioteca Nacional. Quien cuidó nuestros libros y nos dio las páginas más memorables, uno de los mayores escritores de la literatura universal y el más importante de nuestra literatura nacional. No podemos permitir que nos despojen de ese tesoro y que para poder disfrutarlo haya que ir a alguna biblioteca internacional.
Carmen Perilli