Empieza el juicio por el crimen de Daiana Garnica

La adolescente fue vista por última vez el 6 de mayo de 2017. Se cree que Darío Javier Suárez la asesinó o la entregó a una red de trata

PIDEN JUSTICIA. Familiares y amigos de Daiana Garnica durante una de las marchas frente a Tribunales en las que pedían que se esclareciera el caso.  PIDEN JUSTICIA. Familiares y amigos de Daiana Garnica durante una de las marchas frente a Tribunales en las que pedían que se esclareciera el caso.

Hoy comienza el juicio contra Darío Javier Suárez (46 años), el único acusado por la desaparición de Daiana Garnica (16 años). La investigación pasó por varios enfoques y fue descartando posibilidades, también se fue despegando a casi 14 personas que fueron mencionadas como posibles partícipes del hecho. A raíz de la primera pesquisa se abrieron otras investigaciones, una de ellas por trata de personas.

El 6 de mayo de 2017, según la acusación, Suárez se comunicó por mensajes con Daiana, y mediante engaños logró que la adolescente saliera de su casa del asentamiento Julio Abraham, en Alderetes, y caminara hasta un refugio de la ruta Eva Perón. Le habría dicho que la ayudara a llevar un aire acondicionado que había comprado y que le inventara cualquier excusa a su madre.

Daiana no volvió a ser vista con vida. Se sospecha que Suárez la privó de su libertad y que posteriormente la mató. Tras dos horas de no saber nada de la chica, Joel Garnica, hermano de la víctima, se presentó en casa del imputado para preguntarle si sabía algo de ella, pero Suárez le dijo que no la había visto.

Joel Garnica y sus padres denunciaron la desaparición y la investigación del caso fue llevada a cabo por el fiscal Claudio Bonari, de la Unidad de Delitos Complejos. La víctima, que le había dicho a su familia que salía para hacer unas compras en un quiosco, dejó cargando su celular y así los investigadores pudieron recuperar los mensajes que habría intercambiado con el acusado antes de la desaparición.

Entre los mensajes más comprometedores que habría mandado Suárez figuran: “escúchame hermanita chikita est no tiene k saber nadien es una sorpresa para mi vieja por eso t dije k no sepa nadien inventale cualquier cosa ah t mama asi salgas un ratito lok no quiero kme falles y despues t llevo ast alderete” (mensaje textual). Daiana, que en un principio pretendía que Suárez la buscara de la casa para llevarla a hacer unas compras, cede ante ese pedido y le responde que le avise cuando llegue a la ruta, donde el interlocutor le pedía que se encontraran. En otro mensaje Suárez le habría reiterado: “bueno dentro de un ratito t mand msj pero nole digas k vas conmigo en la moto ah nadien, desile k vas en colectivo si” (sic).

La Fiscalía interpreta que en esos y otros mensajes el acusado pretendía no dejar rastros del accionar que había planificado y, de esa manera, conseguir la impunidad. Otro elemento determinante es que al inspeccionar el teléfono de Suárez los mensajes habían sido eliminados. También existen testimonios que indican que a la madrugada vieron salir de la casa del acusado a una allegada suya con una mochila y una bolsa de consorcio.

Los enfoques

Lo primero que se consideró fue que la adolescente podía haber sido víctima de un femicidio. Sin embargo, al nunca haberse encontrado el cuerpo ni rastros de un crimen, con el paso del tiempo el ministerio Público Fiscal consideró también la versión de una desaparición vinculada con una red de trata de personas. Se estima que Daiana pudo haber caído en manos de una organización criminal y que Suárez podría haber sido el nexo. Esos son los dos posibles escenarios. Se realizaron numerosos allanamientos en casas vinculadas con el acusado, en los barrios de la víctima y del sospechoso y en la cortada de ladrillos donde Suárez trabajaba, pero nunca se encontró una prueba que volviera tangible la hipótesis de que la adolescente fue asesinada. Sin embargo, también el Estado ofreció recompensas para quien aportara información precisa sobre el paradero de Garnica pero el incentivo económico tampoco funcionó para esclarecer el caso.

En la Justicia Federal la causa sobre una posible trata de persona fue archivada porque hasta el momento no habría pruebas para sostener esa teoría.

Con ese panorama, Bonari finalmente pidió la elevación a juicio de Suárez por los delitos de privación ilegal de la libertad seguido de homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía y por un hombre en contra de una mujer, mediando violencia de género. La calificación legal es provisoria y podría variar durante el juicio. Se estima que en el debate oral podrían surgir más pruebas sobre el hecho. El fiscal además en su decreto solicitó el sobreseimiento de Juan Salomón Matar y de Fabián Ernesto Pacheco, quienes eran sospechosos de haber participado en el hecho, pero esa idea se descartó porque nunca se pudo corroborar que hayan estado implicados en algún plan de Suárez.

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