Qué dicen las encuestas que encargaron Manzur y Jaldo

Una cena de la dupla gobernante con Hugo Haime, expuso las ventajas y desventajas de la estrategia oficialista rumbo al 14 de mayo.

Manzur y Jaldo, juntos en el peronismo. Manzur y Jaldo, juntos en el peronismo.

Juan Manzur y Osvaldo Jaldo cumplen el rito de otras batallas electorales. Tanto el gobernador como el vice aguardaban el dato que el encuestador preferido de la Casa de Gobierno les traía. En la residencia privada que el mandatario posee en Yerba Buena, el sociólogo Hugo Haime expuso el escenario planteado por la tradicional encuesta que realiza, un mes antes de las elecciones. Durante la cena, los comensales intercambiaron reflexiones acerca de la campaña que, oficialmente, arrancará mañana, de acuerdo con el calendario establecido por la Junta Electoral de Tucumán rumbo a los comicios del 14 de mayo. Todos coincidieron en que el Frente de Todos se ha fortalecido en las tres secciones electorales, luego de que el propio Manzur nominara a Jaldo como su posible sucesor, el 29 de diciembre pasado. Y aquí surgió el primero de los dilemas que se plantean en el oficialismo: ganar tiempo, pero no agotarlo en los 31 que quedan para que los tucumanos concurran a las urnas. ¿Qué es esto? Tras las intestinas pujas de 2021 y sus resabios, el Partido Justicialista entendió que debía aprovechar la diáspora que se observó en Juntos por el Cambio por la falta de acuerdo para definir candidaturas. Eso recién sucedió el 13 de marzo pasado, cuando se proclamó al diputado radical Roberto Sánchez como postulante a la gobernación, luego de que el intendente y líder del Partido de la Justicia Social, Germán Alfaro, declinara sus intenciones originarias y accediera a integrar la fórmula como candidato a vicegobernador. Sin embargo, esa ventaja puede diluirse en la medida en que se sucedan cuestiones de Estado que pueden llegar a cambiarle el humor al electorado. Un claro ejemplo de ese fenómeno es la inflación, que roza el 7% mensual y que hace que ningún salario alcance para llegar a fines de mes. El bolsillo también vota. El Gobierno tomó nota de esa situación y el binomio gobernante ordenó cerrar las paritarias cuanto antes para que los incrementos salariales en el sector público tengan pleno impacto antes de las elecciones provinciales. El razonamiento es que no se pierde tanto frente a la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y que la puerta sigue abierta para debatir actualizaciones en las remuneraciones estatales. La prolongación de la crisis económica es una mala señal de la que la dupla gobernante no puede despegarse por su fuerte dependencia a la Casa Rosada, más allá de que hoy la relación no sea óptima.

Internamente, Manzur no ha dejado de mirar a Buenos Aires y una clara muestra es el desembarco del “Grupo de los 6” empresarios más representativos de la Argentina y la posible llegada de la cúpula de la CGT, que tienen contactos directos con el ex jefe de Gabinete. En las últimas horas surgió la posibilidad de que, antes de los comicios provinciales, arribe a esta ciudad el presidente Alberto Fernández, como una manera de ponerle paños fríos a la tensa relación con su ex colaborador. Sin embargo, no se sabe a qué vendría, porque la Provincia estará en plena veda electoral y no se pueden inaugurar obras. El peor escenario para el oficialismo es la nacionalización de los comicios. Hoy llega Patricia Bullrich, una de las presidenciables con buena imagen en Tucumán, tanto como Horacio Rodríguez Larreta dentro de la oferta de Juntos por el Cambio. Es probable que haya más visitas opositoras para intentar minar la estrategia justicialista. Jaldo, en tanto, considera que hay que provincializar más que siempre las elecciones porque al Frente de Todos no le conviene subirse al colectivo federal de un gobierno en retirada con los peores índices socioeconómicos y con una actividad económica que se encamina hacia la recesión. En otros sondeos, ha quedado expuesto la diferencia que existe en el estilo de gestión del actual mandatario con el vice, otra cuestión que ha repercutido dentro de la estructura justicialista. Un dato para tomar en cuenta: en la visita al Arzobispado, Manzur cedió el protagonismo a Jaldo, con una frase tan sorprendente como tajante: “el gobernador es Jaldo”. Otra vez el tiempo entra en juego, porque el destino los une no sólo por la necesidad de mostrar un categórico triunfo que catapulte a Manzur en el escenario nacional y que le permita al titular de la Legislatura un piso de autoridad para conducir los destinos de la provincia en los próximos cuatro años. Jaldo no aspira a una reelección en caso de vencer, en las urnas, dentro de cinco domingos. Como político tradicional que es, si le da continuidad a su vasta carrera política, el destino será el Senado de la Nación. En 2027 quedarán sillones vacantes para ocupar.

El presente de las encuestas encargadas por el oficialismo muestra un triunfo contundente en las secciones Este y Oeste, mientras que en la Capital reina la inestabilidad. Haime expuso los escenarios posibles de cara a las elecciones. Ninguno de los comensales quiere mencionar el término derrota, pero en los sondeos se observa que Rossana Chahla viene un punto y medio o dos por debajo de Beatriz Ávila, esposa del actual jefe municipal, según pudo establecer LA GACETA. En la provincia, la diferencia proyectada es mayor, de entre 12 y 14 puntos respecto de Juntos por el Cambio, si la inflación, las inundaciones, la evolución productiva y otras circunstancias micro y macroeconómicas conspiran contra las pretensiones peronistas. ¿Por qué el oficialismo cree que puede quedarse con San Miguel de Tucumán? El razonamiento del encuestador y de la dupla gobernante es coincidente: en otras convocatorias electorales, el peronismo remó contra un mar de dulce de leche, sabiendo que no llegaba al puerto deseado porque el electorado capitalino siempre le dio la espalda. “Esta vez puede ser diferente al tener una candidata que no sólo puede unir a distintos sectores justicialistas, sino también que capta a sectores independientes y no afines al oficialismo”, señalan los estrategas del Frente de Todos. Haime le agrega otro factor: la proliferación de acoples que hacen ruido en las mediciones de campo que suele realizar uno de los consultores que más ha recorrido la provincia de la mano del PJ. “El voto subterráneo de esos acoples es algo que no capta las encuestas; se torna difícil proyectar su incidencia”, explica el sociólogo. Manzur y Jaldo aseguran que todas las corrientes oficialistas capitalinas apostarán a la ex ministra de Salud y actual diputada. Sostienen que no habrá cortes de boletas, más allá de aquellos que, se presume, son de los sectores independientes.

Haime hará mediciones semanales en distintos puntos de la provincia. El encuestador suele advertir que los resultados de esos sondeos de las dos semanas previas a las elecciones son las que marcan cierta tendencia de lo que puede ser el resultado final. Hoy la sociedad no quiere saber nada de los políticos porque los principales dirigentes bucean en la grieta y, por esa razón, muestran altos índices de rechazo. No sólo los oficialistas, sino también los opositores. El Gobierno toma nota de estas conductas y, con tantos frentes de tormenta abierto, cree que la mejor estrategia para llegar al 14 de mayo, con relativa tranquilidad, será los resultados de la gestión. Por eso ajustará las clavijas en salud, seguridad y educación, fundamentalmente.

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