En política hay normas éticas que pocas veces se toman en cuenta. En Chile, dos ex presidentes dieron una orientación al respecto. Ricardo Lagos Escobar (2000-2006) y Michelle Bachelet Jeria (2006-2010 y 2014-2018), quienes luego de cumplir sus mandatos no se postularon a ningún cargo público en su nación. El primero de ellos, cuando le preguntaron sobre su futuro, refirió que le quedaba anhelar la reelección o un cargo de carácter internacional, pues en su nación había ocupado la más alta magistratura. De los dos, la segunda desarrolla una misión en la ONU. El primero no se postuló. En Argentina y Uruguay ex presidentes se han postulado otros cargos tal vez en busca de mantener los fueros y permanecer inmunes ante cualquier denuncia en su cargo durante el ejercicio de su función. Hoy tenemos un ex presidente que se postuló una vez y no lo volverá hacer. Lo mismo ocurre en las provincias, aunque siguiendo el mismo derrotero de los chilenos, les quedaría solamente una senaduría o la presidencia de la Nación como únicas alternativas. No sería dable que el rector de la Universidad, al término de su mandato se inscribiera para postularse a un puesto de maestro. Para esos políticos que han alcanzado puestos de preponderancia, les queda la funcionalidad de consultor no solo nacional sino internacional, teniendo en cuenta la calificación interna y/o externa de sus actividades; de lo contrario les queda el ostracismo por su pésima actuación. Sin embargo, las cartas magnas nacional o provincial confieren un rol preponderante a legisladores (49 en el caso de Tucumán, 38 diputados y 75 senadores a nivel nacional), al extremo de configurar al presidente de la nación o gobernador casi como una figura decorativa pues ellos pueden enjuiciarlos y hasta destituirlos si las causas así lo meritan. Tienen la facultad de exigir explicaciones a los mandatarios de los convenios firmados o de las acciones realizadas en el exterior, así como los gastos realizados al amparo de sus funciones porque constituyen dineros del Estado que no pueden ser manejados “alegremente” favoreciendo a familiares o amigos mientras sus connacionales sufren hambruna o precariedad de servicios.
Fernando Sotomayor
Alberdi 139
San Miguel de Tucumán





















