Cartas de lectores: el sudeste tucumano

18 Abril 2023

Sin dudas, la perseverancia es un gran valor en la vida, como también es la paciencia, aunque hay límites, muchas veces difíciles de soportar. Éste es el caso del sudeste tucumano, que sigue olvidado, quizá abandonado. Desde Los Aguirre hasta Taco Ralo, viniendo por la ruta nacional 157, coexisten muchas comunas rurales y dos municipalidades. Trataré de ir más directo: desde el río Balderrama hasta Taco Ralo, límite con San Pedro de Guasayán (Santiago del Estero). Si observamos el sistema electoral vigente, con tres secciones, una de ellas llamada del Este, adolece de representativad y de realizaciones ciertas. Con ese nombre de “legislador del Este” hay muchos que pasaron sin conocer estos lugares, que solamente se nombran por algunas inclemencias climáticas, desbordes de ríos, accidentes, la pobreza y la falta de desarrollo, sin planes de obras públicas ni de viviendas, que bien hubieran podido ayudar al arraigo de sus habitantes. La división de la Provincia en 17 departamentos no tuvo ninguna lógica. Por ejemplo, en el departamento Simoca figuran localidades como Ciudacita, Santa Cruz y Nueva Trinidad y Los Agudo, que tienen escasa o nula relación, por idiosincrasia, trabajo, centros comerciales, centros de salud, tribunales, ingenios. Están tan alejados de Simoca que su vía de comunicación principal suele ser la ruta 38 (la vieja y la nueva traza) y sus actividades cotidianas se vinculan con Concepción y Aguilares, que están en el sudoeste de Tucumán. Incluso, cuando se dividió la provincia en 17 departamentos (en lugar de los 11 departamentos anteriores), uno de ellos sigue con el nombre de Chicligasta. Para nosotros, al leer o escuchar Chicligasta imaginamos la Villa de Chicligasta (que es comuna rural), ubicada unos 16 km al este de Atahona, con sus fiestas patronales de la Virgen de la Candelaria. Pero, ¡Oh sorpresa! La información se refiere a la ciudad de Concepción. Quizá ése hubiese sido el nombre del nuevo departamento: Concepción (Inmaculada Concepción de María). Algo similar ocurre cuando se nombra a Ciudacita (que es comuna rural); se la ubica sobre la ruta 329 y se agrega “cercana a Concepción”. Otro asunto clave, tal vez para que tenga vigencia en el próximo período de gobierno, es la determinación del número de concejales. Por ejemplo, San Miguel de Tucumán (18 concejales) tiene un concejal por cada 37.000 habitantes. Yerba Buena tiene uno cada 12.500 habitantes, aproximadamente, porque es considerada de segunda, aunque es de primera, aunque no lo diga la ley. En contrapartida, tenemos un municipio con 10 concejales en una comunidad con apenas 10.000 habitantes, o sea uno cada 1.000 ciudadanos, aproximadamente. El Sudeste necesita ser atendido prioritarianente. No dejo de lado el reclamo de una carta anterior sobre la instalación de precarias viviendas “pegaditas” a las vías del tren, en la calle que fue el antiguo camino a San Miguel de Tucumán. Hay funcionarios que “se hacen los distraídos como perro que ha ‘voltiao’ la olla”: comunales, municipales, uno de organismo nacional, otro del área educativa superior y un legislador que vivió (o vive) donde se están ubicando los dueños de la pobreza y del desamparo. De nada sirve decir “Felices Pascuas” sin atender al prójimo. Como dice otro refrán, “a perro entendido le basta un silbido”. Pero ya son muchos los silbidos y los gritos que piden la presencia real y efectiva de nuestros gobernantes. Que no se active la involución de la política y de la democracia.

Esteban Lito Ledesma

Congreso esq. Mitre 496

Simoca


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