Ingresó a la sala de conferencias con una sonrisa, mezcla de satisfacción y tranquilidad. Alexis Ferrero estaba feliz y no era para menos. Un rato antes, San Martín había mostrado en la cancha la mejor producción en lo que va de la temporada, justo en un partido en el que tenía la obligación de confirmar lo que había hecho contra San Martín de San Juan y Deportivo Morón, y de hacer olvidar el traspié contra Flandria.
“Me voy muy contento, se los dije a los muchachos”, dejó en claro el entrenador interino, que pareció haberse sacado una mochila de mil kilos de la espalda. “Recién lo hablábamos dentro del vestuario y coincidíamos que este había sido el mejor partido del equipo. Esto es actitudinal y mental. Siempre dijimos que había que dar un 110 por ciento en cada partido porque a partir de ahí podemos construir un montón de cosas. Material hay y eso lo dije desde el primer momento”, sostuvo.
El equipo cambió la cara y ratificó todo lo bueno que había mostrado por momentos en los últimos juegos. Y el entrenador explicó que no hubo recetas mágicas; que todo se debió a lo que hicieron los jugadores. “El mensaje fue simple y claro. Les dijimos que si no se esforzaban al máximo no los íbamos a poner. Yo no le voy a regalar la camiseta a nadie; cada jugador se gana jugar por lo que da en cada entrenamiento. Tengo 26 o 27 ‘leones’ con ganas de estar adentro de la cancha y eso lo demuestran todos los días. Eso me pone muy feliz”, remató Ferrero.