Juicios: dos crímenes en los que no se halló los cuerpos

Hoy se conocerá la sentencia para el imputado Darío Suárez. Su caso se asemeja al de Roberto Carlos Rejas, quien fue condenado a perpetua

TRIBUNAL.  Los jueces Dante Ibáñez, Rafael Macoritto y Diego Lammoglia escucharán hoy las últimas palabras y luego darán a conocer la sentencia. TRIBUNAL. Los jueces Dante Ibáñez, Rafael Macoritto y Diego Lammoglia escucharán hoy las últimas palabras y luego darán a conocer la sentencia.

Hoy se conocerá la sentencia para Darío Suárez (46 años), el acusado por el crimen de Daiana Garnica (17 años), cuyo cuerpo hasta el momento no pudo ser encontrado. Desde las 8, los jueces Dante Ibáñez, Rafael Macoritto y Diego Lammoglia escucharán las últimas palabras del acusado y de los padres de la adolescente, luego pasarán a deliberar para dar un veredicto. La acusación solicitó la pena de prisión perpetua.

No es la primera vez que una causa por homicidio llega a juicio sin que se haya encontrado a la víctima. En la provincia, el caso más reciente fue el debate oral al ex guardiacarcel Roberto Carlos Rejas, quien fue condenado por el femicidio de Milagros Avellaneda y el filicidio de Benicio (2 años), el hijo que tenían en común. En septiembre de 2021 los jueces Stella Maris Arce, Alicia Freidenberg y Eduardo Romero Lascano condenaron a prisión perpetua a Rejas, pero el fallo incluyó la posibilidad de que la pena pudiera revisarse si el acusado informaba dónde había ocultado los cuerpos. A pesar de eso, la sentencia finalmente quedó firme y hasta la fecha se desconoce donde fueron ocultados los restos de la mujer y de su hijo.

A nivel nacional también existen antecedentes de causas así y son las de lesa humanidad. Hubo militares y civiles condenados por los crímenes de personas cuyos cuerpos fueron encontrados muchos años después.

Siguiendo un orden cronológico, durante la causa Rejas la Fiscalía de Cámara, representada por Estela Giffoniello, y los abogados querellantes Silvia Furque y Gerónimo Martínez Molina, citaron las causas de lesa humanidad como antecedentes. Lo mismo ocurrió esta vez en la causa Suárez: el fiscal Osvaldo Martínez Terán y el querellante Carlos Garmendia citaron como antecedentes el fallo Rejas y los de lesa humanidad. En todas ellas hay un factor común: pruebas contundentes que llevan a la acusación a sostener que el imputado cometió un hecho de sangre, por lo que la víctima ya no puede ser considerada desaparecida, sino fallecida.

Los escritos

Unos mensajes de texto y una carta fueron los elementos concretos que más complicaron a Darío Suárez en el crimen de Daiana Garnica. Según la acusación, el 6 de mayo de 2017 el imputado engañó a la adolescente para hacerla salir de casa. Le pidió que la acompañara a retirar un aire acondicionado que pretendía regalarle a su madre. Nunca más se supo nada de Daiana, que afortunadamente dejó su celular cargando. La familia de la víctima denunció la desaparición y en el celular se encontraron las primeras pistas para sostener que Suárez estaba detrás del hecho.

Tras un allanamiento, el fiscal Claudio Bonari encontró un manuscrito. Sería una carta en la cual Suárez confesaba su amor por la adolescente. Esa evidencia tomó mucha más fuerza cuando se escuchó en el debate oral a testigos que confesaron que el imputado siempre les hablaba de la víctima. “La obsesión que tenía Suárez con ella lo llevó a terminar con la vida de Daiana, obsesión que quedó comprobada con la declaración de Diosquez (ex pareja de la suegra de Suárez) cuando contó que el acusado le dijo ‘qué linda que está la pendeja, si se da, se da’”, alegó el fiscal.

Martínez Terán también se adelantó a un posible planteo defensivo sobre la ausencia de un cuerpo en una causa de homicidio. “Ese cuerpo no encontrado significa que no puede hablar a través de pericias científicas porque el señor Suárez se encargó de que nunca apareciera; de esa manera quedó sepultada la esperanza de encontrar la pieza fundamental de este rompecabezas; sin embargo la ausencia del cuerpo de Daiana no puede garantizar la impunidad de Suárez”, argumentó.

La hipótesis más fuerte de la pesquisa siempre fue que Suárez, que trabajaba en una ladrillera, podría haber destruido el cuerpo con determinadas herramientas. Pero más allá de esa sospecha, esa posibilidad nunca se pudo probar porque no se encontró restos biológicos de la adolescente en el predio de la fábrica.

Femicidio y filicidio

Milagros Avellaneda, y su hijo Benicio, salieron de casa el 28 de octubre del 2016. La mujer fue con el niño hasta la casa de Roberto Carlos Rejas, a quien semanas antes le había informado que era el padre del niño (una pericia comprobó eso meses después). El acusado reconoció que fueron hasta el parque 9 de Julio, pero sostuvo que luego los dejó en avenida Papa Francisco al 1.000, cerca de donde las víctimas vivían. Según la teoría fiscal, Rejas mató a golpes a Milagros y Benicio. Eso se sostuvo con la prueba de luminol que mostró que había manchas borradas en todo el interior del vehículo que podrían ser de sangre. El acusado además fue días después a un lavadero y solicitó un lavado con un químico específico y luego cambió los tapizados. En uno de sus dispositivos había googleado: “como descomponer un cuerpo”.

Por otro lado, las antenas telefónicas registraron que la noche del hecho condujo hasta san Andrés y luego hasta Monteros, por eso se estima que los cuerpos pudieron haber sido ocultados en algún lugar entre esas dos localidades, pero hasta el momento no se encontró rastros.

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