El Indec debe ser transparente en todo momento

06 Mayo 2023

El anuncio de cambio de fechas en la publicación de informes técnicos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) y la posterior rectificación generaron zozobra en el país a raíz de las suspicacias generadas con esta decisión, tal como lo advirtió el mismo titular del Indec, Marco Lavagna..

Este había anunciado el miércoles que se actualizaban fechas de difusión de publicaciones -entre ellas el Índice de Precios al Consumidor de abril- debido a que el calendario original coincidía con fechas de veda electoral en varias provincias, entre ellas Tucumán. El mismo miércoles el funcionario emitió un comunicado anunciando que los cambios anunciados “quedarán sin efecto y se difundirán los informes técnicos en las fechas establecidas” hace 12 meses. Dijo que lamentaba que “la intención de separar el trabajo estadístico del Instituto del proceso electoral fuera malinterpretada y se despertaran suspicacias sobre la integridad de los equipos técnicos del Indec”. Justificó lo sucedido en que “consideramos que es una buena práctica no dar información estadística en medio de la veda pero, dada la controversia ocasionada, las cuatro fechas se mantendrán en su esquema establecido originalmente”.

Aun cuando el reconocimiento del equívoco es importante, hay que advertir que no sólo se trata de que se hayan generado suspicacias, sino que también se ha causado un daño fuerte a la confianza, que es esencial en el caso de las estadísticas. El país ya tuvo un período signado por la falta de datos confiables por la intervención al Indec entre 2006 y 2015, que fue llamado por algunos sectores como “el apagón estadístico”. Si se trató de un error que sorprendió incluso a los mismos oficialismos de las provincias afines a la administración nacional, igual sembró inquietud porque se espera que tarea del Indec sea eminentemente técnica y regida por estrictos protocolos, precisamente por sus publicaciones tienen efectos importantes para definir gestiones, mejoras y cambios, independientemente de los impactos políticos. Está claro que en la sociedad está internalizado que la inflación continuará siendo alta. Se teme que este año el indicador puede cerrar más arriba que en los anteriores, en torno de un 130%, si se mantiene a este ritmo mensual. En consecuencia, si hubo resquemores de que los informes socioeconómicos pudieran incidir en el ánimo público en los tramos electorales, cabría pensar que peor es sembrar dudas con respecto a riesgos de manipulación estadística. Todo indica que el futuro económico es difícil y complejo. El informe sobre la incidencia de la Pobreza y la Indigencia del primer semestre de este año debería darse a conocer el 27 de septiembre, casi un mes antes que las elecciones presidenciales.

La política no puede escaparse a las estadísticas y estas, a su vez, no pueden ser tapadas con una mano. Al contrario, es preciso saber qué pasa, para poder actuar en consecuencia, y es una obligación de quienes administran el Estado proteger ese derecho de la comunidad. El Indec, es, precisamente, el garante de ese derecho.

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