Inflación mata relato o cuando la carroza vuelve a ser calabaza

Por Hugo E.Grimaldi.

Corte Suprema de Justicia de la Nación. Corte Suprema de Justicia de la Nación.
11 Mayo 2023

La sensación es que ni los ataques a la Corte Suprema, ni la convergencia interna casi monolítica que ha mostrado el Frente de Todos en la ocasión, con instrucciones K al Presidente de la Nación de usar la cadena nacional y de éste a los dos candidatos involucrados en Tucumán y San Juan para que resistan está en línea con las necesidades de la gente. Erradas o no, ni siquiera las apelaciones al particular concepto de democracia que esgrimió Alberto Fernández en su discurso están a la altura del mayor problema que hoy tienen los argentinos: el aumento cada vez más avasallante de los precios.

Habrá que comprobarlo, pero es más que factible que el desinterés de la población por la situación de la Corte se note mucho más cuando el Indec revele mañana, como hace todos los meses, el IPC de abril y se conozca el porcentaje del incremento promedio del costo de la vida, ya sea que comience con 7 o peor, con un 8 adelante y cuando se observe cómo impactó ese salto en cada rincón del país y cuánto de ese promedio corresponde al desbocado rubro de Alimentos y Bebidas. El ítem es ultrasensible porque mide los precios de los productos que la gente más humilde consume casi exclusivamente.

En ese mismo momento, seguramente el relato sobre la Justicia empezará a declinar y otra vez, junto al tema inflacionario, van a aflorar los problemas de las Reservas, el tipo de cambio, el déficit fiscal, la emisión para financiar al Tesoro, las negociaciones con el Fondo Monetario y todos los etcéteras económicos y sociales que se quieran poner (devaluación, pobreza, movilidad social descendente, nivel de actividad, empleo, pérdida de calidad educativa, etc.). Si el eje de la discusión vira otra vez hacia la economía, que es lo que va a buscar la oposición, es más que probable que al Gobierno se le mueran las palabras.

Esta última certeza no es literal, ya que el oficialismo no va a dejar caer tan fácilmente esta nueva vida que políticamente cree haber encontrado y por eso, con seguridad seguirá hablando y hablando para intentar tapar el cuadro, lamentándose e impulsando sus dardos contra jueces y opositores. Igualmente, la sensación es que la gente se pondrá un tapón en los oídos porque le interesan más otras cosas. En primer término, las que hacen a la inflación y a la inseguridad, ambas bien alejadas del parloteo que todo el oficialismo utilizó para darle al fallo de la Corte una trascendencia institucional que sobreactuó una vez más poniéndose en el papel de víctima, el mismo que siempre busca ocupar sólo para ver si puede recuperar algo de rating. 

Probablemente confundidos por vericuetos legales que no domina, los ciudadanos en general parecen haber seguido de lejos el proceso del fallo que dio a conocer el Alto Tribunal y no han tenido más remedio durante estas últimas 48 horas que escuchar las diatribas del Frente de Todos que, como muchas de las cosas que propone, tienen poco y nada que ver con los mayores problemas que padece la sociedad. La Universidad de San Andrés midió en abril que la Justicia se ubica en el octavo lugar de las preocupaciones de los argentinos, bien lejos de los demás temas críticos.  

Como tantas otras veces antes, una vez más el oficialismo hizo prevalecer su interna ante la preocupación general por sobre ellos. La diferencia es que esta vez lo estructuró con el pronunciamiento unánime de todos los sectores del Frente de Todos mirando un costado alejado de la realidad que agobia, tal como antes lo había hecho desde el desgastante divorcio entre los socios que postergó todo y le impidió al Presidente gobernar durante mucho tiempo. La impostada indignación sobre un fallo que es apenas suspensivo y precautorio para estudiar el fondo de ambos casos, apenas es considerada por la gente de a pie, aunque le sirve al Frente de Todos para galvanizar a los propios.

El titular de la Corte, Horacio Rosatti le hizo un fenomenal favor a los argumentos oficiales, cuando en la mañana en que se conoció la decisión concurrió a la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina y habló del artículo 75 de la Constitución que manda “defender el valor de la moneda”. Más ruido hizo cuando precisó que “tiene que llamarnos la atención la expansión descontrolada de la expansión monetaria”, casualmente el germen del talón de Aquiles del Gobierno: la inflación. Lo que Rosatti dijo fue una repetición aumentada del discurso que hizo en octubre del año pasado ante los empresarios de IDEA en Mar del Plata, el que no mereció entonces ni el más mínimo reparo del Gobierno. Ocurre que esta vez el tema pegó debajo de su línea de flotación.

Otra dirección posible para los toda la munición gruesa que disparó el discurso oficial, que sumó insultos, destratos y amenazas a otro poder del Estado, puede tener que ver con anticiparse a la futura Resolución que deberá dictar el Tribunal cuando reúna todos los antecedentes que solicitó, tratando de condicionar un eventual fallo decisorio que vaya en contra de los deseos del oficialismo. Ese dato quedará seguramente para el mes próximo, por eso ahora la mirada habrá que ponerla con atención en la difusión del Índice de Precios. Mañana, cuando suenen las campanadas de la hora de la verdad, habrá que comprobar si la carroza vuelve a ser calabaza o si el Príncipe logra calzar el zapato.

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