Nueve de cada 10 mujeres se sintió mala madre en algún momento de su maternidad

Trabajar fuera de la casa, no darles el pecho, afrontar sus berrincheso gritarles son algunas de las cosas que las llevan a sentirse mal.

EXIGENCIA. Muchas mamás sienten que deben tenerles paciencia a sus hijos y pasar más tiempo con ellos, a la vez que trabajan y atienden la casa. EXIGENCIA. Muchas mamás sienten que deben tenerles paciencia a sus hijos y pasar más tiempo con ellos, a la vez que trabajan y atienden la casa.
13 Mayo 2023

Resulta difícil no sentirse malamadre cuando las cosas no salen como una lo esperaba o se imaginaba. En nuevas generaciones que basan la crianza de sus hijos en respeto y apego, es normal tener ese sentimiento cuando una levanta la voz más de lo que le gustaría al ser que más se ama, aunque genera culpa.

Este malestar persigue a las mujeres que experimentan la maternidad y en la mayoría de los casos se vive en silencio por miedo a ser juzgadas por el ojo ajeno.

Según una encuesta realizada en la cuenta de Instagram @mami.tasking, una comunidad creada por Victoria Pardo y Johanna Gambardella, que ya agrupa a más de 83.000 personas, en su mayoría mujeres, nueve de cada 10 mujeres se sienten mala madre en algún momento de su maternidad.

Tener que salir a trabajar, alimentarlos con comida rápida, brindarles leche de fórmula, hacer frente a berrinches y gritar más de lo que se hubiesen imaginado son solo algunos ejemplos que llevan a las mujeres a sentirse malas madres.

“La realidad es que no importa qué tan buena madre seas, siempre vas a sentir que hay otras que lo están haciendo mejor y eso no te enorgullece; por eso suele no ser un sentimiento exteriorizado a viva voz”, indica Johanna, concluyendo sobre los tópicos que se presentan en @mami.tasking.

El relevamiento buscaba visibilizar las exigencias de las mujeres con su propio desempeño frente a la maternidad, pero también se obtuvieron resultados interesantes al momento de los motivos por los cuáles se experimenta el Síndrome de la mala madre. El 50% de las que sentía que lo estaba haciendo mal, asumió que esto se debe por las propias exigencias, seguido de aquellas (37%) que se lo deben a la presión social y al temor del “dedo acusador”.

“Si bien una mayoría de respuestas enfocadas a las propias exigencias, eso tiene que ver en un punto no muy lejano con la presión que la sociedad hace sobre los estereotipos de madres perfectas que no permiten naturalizar situaciones que son cotidianas para todas” comenta Victoria. “Si no nos hubiesen hecho creer que la maternidad era sencilla, estos sentimientos no serían tan recurrentes”, asegura.

El rol del padre

También se quiso profundizar sobre la visión del rol que juega la figura del padre y el 93% de las mujeres encuestadas siente que la exigencia social por la crianza apunta directamente a la mujer, sin saber a ciencia cierta si ellos, en el fondo, sienten que lo están haciendo mal.

Por su parte los padres de la comunidad también respondieron y, si bien el índice es mucho menor, lo que confirma la teoría de las mujeres, el 56% de los encuestados sintió en algún momento de su paternidad que lo estaba haciendo mal.

Qué es este síndrome

El síndrome de la mala madre es un conjunto de sentimientos asociados a un autoconcepto negativo como madre. Es esa sensación de que se debería pasar más tiempo con los hijos, hacer más cosas con ellos, tratarlos mejor, tener más paciencia, o hasta incluso, ser más cariñosa.

Ser una buena madre hoy en día implica cuidar y atender a los hijos con la misma dedicación que hace décadas, cuando la casa y la familia eran las únicas responsabilidades de las que se encargaba la mujer; y, al mismo tiempo, desarrollar una carrera profesional exitosa como la que desarrollaban los hombres que no se encargaban ni de la casa ni de los cuidados.

Y además de todo esto, hay que cuidar la relación de pareja, mantenerse físicamente activa y atractiva, tener relaciones sociales, viajar, ir al gimnasio, tener hobbies y practicarlos, ser buena cocinera … y, todo ello, con una sonrisa radiante de felicidad. Y si además te queda tiempo para mostrar todo en redes sociales, mejor que mejor.

¿Qué hacer si me siento una mala madre? “Para mí, entender que la perfección no es sinónimo de felicidad es un gran primer paso para quitarle dramatismo a tanta exigencia y poder disfrutar un poco más del camino”, responde Johanna.

Por otro lado, generar una tribu empática que permita lograr espacios de catarsis suelen ser la mejor alternativa frente a este tipo de situaciones.

Especialmente porque con la llegada de la maternidad suelen alterarse algunos vínculos que parecían ser irrompibles y que terminan fomentando la inseguridad.

“Encontrar otras mujeres que puedan empatizar con vos, sin emitir un juicio de valor, genera un alivio inmediato que nos hace darnos cuenta que al final de cuentas no lo estamos haciendo tan mal”, finaliza Victoria.

EXPERIENCIAS Y CATARSIS

CÓMO NACIÓ Y QUÉ ES @MAMI.TASKING

Esta página surgió en plena pandemia, desde la dinámica multitasking que implica ser madre. Con una mirada ácida y poco romántica de la maternidad, Victoria Pardo, de 33 años, y Johanna Gambardella, de 37, comparten sus experiencias y muestran el lado B que nadie cuenta. 

Mientras les escapan a los estereotipos y le cierran la puerta a la culpa, llevan adelante una comunidad que supera las 83.000 mujeres y con más de 16 millones de reproducciones en reels. Lograron con humor instalarse en la vida cotidiana de muchas madres. Con la bandera de la sinceridad y sin teñir la realidad de suavidad, construyeron una sólida comunidad que une a las mujeres sin importar clase social, religión o partido político y que encuentran un espacio para hacer catarsis cada vez que lo necesitan. 

En un ámbito repleto de especialistas y de lecciones teóricas sobre crianza difíciles de aplicar, ellas se presentan como dos simples mujeres que comparten su experiencia sin filtros. A través de reflexiones profundas, @mami.tasking presenta tópicos que atraviesan a gran parte de su comunidad y eso arraigó el sentido de pertenencia de las miles de mujeres que todos los días interactúan con ellas sin sentirse juzgadas.

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