Inteligencia artificial: expectativas y opiniones encontradas

Con opiniones divididas, las aplicaciones y plataformas comienzan a ser utilizadas en las distintas expresiones artísticas. Un debate que no es nuevo: la noción del autor y el temor a las máquinas.

ALEJANDRO GROSSE. Interviene sobre las imágenes que le envía IA. ALEJANDRO GROSSE. Interviene sobre las imágenes que le envía IA.

En la última semana de marzo, durante el Festival ARRE latinoamericano organizado en formato virtual por el grupo La Vorágine de esta ciudad (con base en Puerto Cultural Libertad de Las Piedras 1.850), las imágenes componían y descomponían el espacio, donde un par de actrices trazaban sus acciones.

En la obra ofrecida por el grupo El Galpón de las Almas (de Mar del Plata), “Quién traerá el alba”, estaba claro la construcción con Inteligencia Artificial (IA) de una dramaturgia propia, donde precisamente la IA funciona como una herramienta que ayuda a contar.

“En nuestra obra es así, porque colaboró para potenciar y poetizar el universo visual con el tratamiento de imágenes de nuestra creación y de nuestros archivos. Se utilizaron varios software que hacen uso de algoritmos de IA de distintas maneras: con uno de ellos creamos, a partir de muchas fotografías que se tomaron sobre una escena de la obra desde distintos ángulos, modelos en 3D de las actrices que luego se utilizan en las proyecciones. Creemos que puede haber procesos de intervención de IA mucho más definitorios para una puesta, desde creación de textos, diseño de escenografía y vestuario, composición de música... No es el caso de nuestra obra”, explicaron a LA GACETA Claudia Balinotti y Mariano Tiribelli. En el mismo Festival ARRE, un trabajo similar planteó un colectivo brasileño.

Y un domingo lluvioso en Buenos Aires pintó un “videíto” que subió a Instagram la artista tucumana Belén Romero Gunset. Fue un video performance realizado con aplicaciones distintas de IA. Tiene un título que, nuevamente, como en la segunda mitad de los 90, está en uso cotidiano: “Simulación”.

La artista, que ganó recientemente el segundo premio de la Fundación Andreani, cuenta que “le copa” todo el uso de la tecnología. “No hago obras con el Dalle E, pero sí utilizo las imágenes que me tira, porque me permiten reflexionar. Me resulta muy interesante explorarlas como herramienta en los procesos creativos”, afirma, precisando que su trabajo se centra en lo que denomina simulación recursiva. El video mencionado presenta su avatar.

El autor

Si hay consideraciones apropiadas en este tema es que no se trata de algo “nuevo” sino que tiene sus raíces en otros fenómenos, desde el fotomontaje del siglo pasado, la manipulación de las imágenes, la apropiación de la fotografía, el arte digital y de las redes sociales. Igualmente, que es un proceso que se desarrolla al ritmo de esta época, la aceleración, lo que provoca transformaciones constantes y está en permanente fluir.

Mientras los artistas debaten sobre su legitimidad, las plataformas se suman en las artes visuales, la foto, el cine, el teatro, las artes escénicas y el diseño, por supuesto.

En los debates en marcha se cruzan diferentes temas, que tampoco se han instalado ahora: la noción de autor, por ejemplo (Roland Barthes ya escribía sobre ello en 1968, y por esos mismos años lo hacían además Michel Foucault o Jacques Derrida); o la intertextualidad de los 70 en adelante, acuñada por Julia Kristeva, y el famoso “ready made”, de Marcel Duchamp.

En otras palabras, si quién es el autor, el artista o el receptor. O qué es cada cual.

Una foto

Hace unas semanas el fotógrafo alemán Boris Eldagsen fue reconocido por el prestigioso premio Sony World Photography Awards, en la categoría “Creativa”, dotado con U$S 5.000 que decidió rechazar ya que su obra fue realizada con Inteligencia Artificial y su participación en el concurso tenía la intención de instalar un debate sobre ese tema, según contó a medios extranjeros. El fotógrafo envió la pieza solo para averiguar si el jurado era capaz de notar la diferencia entre lo hecho por IA y lo consumado por la mano humana.

“El retrato de Edmond”, una pintura realizada por el colectivo francés Obvious por medio de un algoritmo, se convirtió en 2018 en la primera obra de arte con IA vendida en subasta, en Christie’s, donde alcanzó un precio de U$S 432.500.

“La obra no iba firmada, sino que indicaba la fórmula del algoritmo mediante el cual había sido creada. Lo conflictivo del caso es que dicho algoritmo había sido programado y codificado por otra persona distinta al colectivo que produjo la pieza final subastada”, explicó Marta Suárez Mansilla, abogada especializada en arte a la agencia EFE.

“SIMULACIÓN RECURSIVA”.  Un video performance de la tucumana Belén Romero Gunset, realizado con su propio avatar. “SIMULACIÓN RECURSIVA”. Un video performance de la tucumana Belén Romero Gunset, realizado con su propio avatar.

Terminator

Pablo Iván Ríos es un reconocido pintor de la provincia, y su opinión es terminante: “estoy en una situación como John Connor y Skynet (N de la R: en referencia a las películas ‘Terminator’, saga que comenzó en 1984, hace casi 40 años), así que me le paro a esa basura. Pero me importa un corno, me gusta pelear, que se arme”.

“En mi taller tengo alumnos que se han enganchado con eso. Pero veo a otros artistas que están asustados, y sienten que Skynet los va a comer, tienen una visión apocalíptica de las cosas. A mí, me fortalece”, describe el artista residente en El Abasto. Acentúa que a los artistas plásticos les pasa lo mismo que deben sentir los actores “cuando saben que puede haber más altos, más perfectos, con una pronunciación impecable, pero no… si lo que nos hace mejor son las fallas, que pensamos distinto”, concluye.

Lo que sostiene Alejandro Gómez Tolosa es contrapuesto. “Lo que voy viendo hasta ahora es que, como toda tecnología, viene a simplificar algunos procesos” define, y comenta que existen programas como Photoshop, que vienen usando esa tecnología hace un par de años, con los llamados filtros neurales.

“Desde la aparición de la fotografía, se puso en duda la veracidad de la realidad. Después con las tecnologías digitales eso se hizo más fuerte. Y con las IA lo confirmamos”, asevera. Luego agrega que está buscando, viendo y aprendiendo. “Por supuesto que sí la usaré, sí me sirve claro”, admite.

Rosalba Mirabella responde a la inquietud: “Solo te puedo decir que lo veo desde la expectativa de cómo se va a usar creativamente, qué nuevas teorías del arte se van a construir alrededor, si habrá algún paradigma nuevo. Por el momento tengo apertura total, siempre el arte trabajó con herramientas nuevas; eso es inevitable creo, no hay nada bien ni mal de por sí antes para el arte. A mí me genera curiosidad, aunque no lo uso todavía. Y si vamos por la autoría, no sé, hace rato el arte ha superado ciertas cuestiones. Importa el pensamiento con que de utilice”, desarrolla una de las principales artistas de la provincia y del país.

Explorar

Alejandro Grosse reconoce que está en una etapa exploratoria, evaluando qué puede obtener de la IA y los alcances y límites que tiene en la práctica. Para sus creaciones utiliza las dos plataformas más populares actualmente para la creación de imágenes, que son Midjourney y Stable Diffusion. Contrariamente a lo que alguna gente cree “no es simplemente escribir un prompt (instrucción) y apretar un botón, y obtener una imagen final”, advierte.

En una entrevista con este diario, Grosse cuenta que empezó con la idea de intervenir sus fotos con IA. “Descubrí que no es tan sencillo, porque está más pensada para crear imágenes desde cero. Con lo cual avancé en este camino, creando imágenes fotorrealistas, que parecen fotos pero que están creadas 100% desde la IA”, describe.

FOTOGRAFÍA PREMIADA.El ganador devolvió el dinero. FOTOGRAFÍA PREMIADA.El ganador devolvió el dinero.

“Hay algunos trucos y estilos que funcionan bien, y muchas otros que la IA no interpreta o te entrega imágenes poco interesantes”, dice. “No me quedo con la imagen que me entrega la IA sino que suelo hacerle retoques, incluso a veces montajes y combinaciones de más de una imagen”, añade.

Curioseando

Diseñador, muralista y Dj desde hace años, Ignacio Stesina cuenta que está curioseando todavía en el mundo de esta herramienta.

“Probé con algunas aplicaciones para la mejor distribución del espacio en un trabajo. La ‘Dalle-E’ está todavía en una versión beta, me parece. Intenté usarla cuando estaba como bloqueado con unos bocetos para un mural, pero no me gustó lo que me tiraba”, relata. Y opina que la aplicación ChatGTP le parece como la arista más potente de IA. “Es como lo mejor, las otras son como de juguete todavía, me parece”, define.

¿Y en el cine?

Seguramente, todos recordamos la realidad simulada que es producto de programas de inteligencia artificial en la película “Matrix” (1999) o “Yo, Robot” (2004), hace casi dos décadas. Desde entonces, con distintas plataformas el desarrollo ha sido sostenido.

Pero a pesar del interés en el cine en esta provincia, aún no se conoce su planteo en alguna película o producción audiovisual.

El director de “Zoombies en el cañaveral”, Pablo Schembri, relata que la IA hasta se puede usar en cuestiones técnicas, como el uso de determinados lentes o brindar propuestas de plano.

“Estoy terminando de escribir mi primer libro con crónicas falsas, son eventos que en verdad no ocurrieron y se llama ‘Por extraño que parezcan’. Usé IA para la documentación, como para saber la moneda que había en 1700 o 1930, o cómo se vestía gente. Google se volvió un lugar engorroso para obtener información. Trabajar con ChatGTP es más sencillo, pero por lo general hay que confirmar después de los datos, porque ‘te manda fruta’ y llega a tirar cualquier cosa. Hay que se cuidadoso con eso. Pero en relación a la búsqueda de información es más práctico el ChatGTP que ir a la búsqueda de Google”, insisto.

Un insulto

“No la utilizaré nunca. Me parece horroroso y peligroso. No podemos llegar como especie a este nivel de pereza. Lo único para lo que servimos los humanos: pensar, inventar, crear, ¿ya no lo queremos hacer? Merecemos la extinción, y naturalmente nos toca la extinción”, responde tajante el músico y cineasta tucumano Patricio García.

“Usarla en música o cualquier forma de arte me parece un insulto a la inteligencia natural”, agrega. “Nos han estado ablandando los oídos para poder vendernos música de máquinas”, sostiene.

Para muestra, vale recordar que recientemente un usuario logró que “Cable a tierra”, un clásico de Fito Páez, fuera cantado por Charly García.

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