A los 88 años murió Hugo Kogan, el inventor argentino del Magiclick, que a lo largo de su carrera recibió tres veces el Diploma al Mérito de los Premios Konex por sus diseños industriales, por las mejoras que alumbró en hogares y empresas, un legado que lo hará inolvidable cada vez que se hable de diseño industrial en la Argentina.
En una publicación de Perfil.com lo describen a Hugo Kogan como un amante de la escultura y el dibujo, al que la quiebra de la fábrica de juguetes de madera de su padre le provocó un antes y un después en su vida. Fue así como cambió el arte por la arquitectura y cursó dos años de técnico mecánico, para comenzar su proceso creativo.
Kogan había nacido el 12 de junio de 1934, fue autodidacta y creador de la carrera de diseño industrial. “Desde muy chico inventé. Fue una época donde la producción después de la invención era para mi tan importante como comer”, expresó durante una entrevista en Telenueve, hace 4 años.
Durante más de 50 años de trayectoria creó pequeños y grandes electrodomésticos, equipos de electrónica, máquinas textiles industriales y familiares, entre otros objetos como radios, bicicletas, linternas, máquinas de coser.
Este autodidacta, que para en 1955 ya diseñaba y creaba en las oficinas de diseño de Philips, pasó Tonomac y Aurora Grundig. Tuvo que pasar ocho años desde sus inicios para crear el célebre Magiclick en 1967. Un estudio de mercado vaticinaba que el primer mes se iban a vender cinco mil unidades, pero el boom fue tal que recibieron pedidos por 80 mil.
El país despide de pie a uno de los inventores más prolíferos que tuvo nuestro país y que disfrutó el mundo.