05 Junio 2023
Tradicionalmente, los presidentes encabezaron las delegaciones, en pro de acuerdos económicos y políticos en el exterior, que contribuyan a superar las crisis coyunturales en sus estados. En nuestro país, la emergencia se acentuó, por la pandemia, la sequía, y los coletazos de un conflicto bélico, que socavó el comercio internacional. En este escenario, los argentinos, fuimos víctimas de la inhabilidad, la tozudez y algunas muestras de deslealtad, del Presidente, hacia adentro y hacia afuera del territorio nacional, que junto al intento de desviar sus responsabilidades constitucionales, a otros poderes, nos instaló al borde de un conflicto social. El prematuro deterioro de la figura presidencial impulsó a un miembro de su gabinete a tener que asumir la difícil misión de recomponer la imagen del país en el exterior, y conseguir divisas para sofocar la rebelión cambiaria. Por otro lado la inhabilidad política y de gestión del primer mandatario, alentó maniobras desestabilizadoras de la oposición, apoyadas por los poderes económicos y financieros locales y externos. La tozudez del Presidente no le permitió escuchar las opiniones y advertencias de otros poderes, sobre el desmadre de la economía. La deslealtad política hacia el eje de la coalición gobernante debilitó al peronismo, y rebasó la geografía nacional, con negaciones y descalificaciones a líderes mundiales que en la crisis sanitaria nos asistieron sin condicionamientos. Hoy el Frente de Todos está pendiente de los resultados de una gestión trascendental para los argentinos, pero con un Presidente ausente de la gestión y de la conducción política del movimiento, eje de la coalición de gobierno.
José Emilio Gómez
Reyes Católicos Nº 112
Banda del Río Salí
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