Cada vez más personas se suman a la tendencia de la limpieza casera y económica, dejando de lado productos industriales que suelen resultar costosos. La búsqueda de alternativas naturales para mantener la casa en condiciones óptimas dejó de ser una rareza y se convirtió en una práctica habitual en miles de hogares.
En ese contexto, una receta sencilla comenzó a ganar protagonismo en redes sociales y grupos de vecinos: la combinación de cáscara de papa con bicarbonato de sodio. Este dúo inesperado demostró ser un aliado eficaz para combatir el óxido que se acumula en sartenes, ollas y otras superficies metálicas que, en muchos casos, parecen destinadas a ser descartadas.
La efectividad de esta mezcla tiene una base científica. El bicarbonato de sodio actúa como un agente abrasivo y limpiador, capaz de atacar la capa de óxido que se forma sobre el metal. La cáscara de papa, por su parte, contiene ácido oxálico, una sustancia natural que ayuda a disolver la acumulación de óxido.
Combinados, estos ingredientes generan una reacción que afloja y elimina las manchas sin dañar la superficie original, lo que convierte a este método en una alternativa ideal para recuperar utensilios de cocina de hierro o acero que, por la humedad y el uso constante, comienzan a oxidarse.
Cómo quitar las manchas de óxido
El procedimiento es simple y no requiere ingredientes costosos ni herramientas especiales. Para aplicar este truco, se deben seguir los siguientes pasos:
- Espolvorear bicarbonato de sodio directamente sobre el objeto oxidado.
- Colocar cáscara de papa sobre la zona afectada o, si es posible, clavar el objeto en una papa cortada.
- Dejar reposar durante toda la noche, para que los componentes actúen sobre el óxido.
- Al día siguiente, cepillar el objeto bajo el agua corriente, frotando con fuerza para remover los restos de óxido.
Este procedimiento puede repetirse varias veces si el óxido está muy adherido. Además, es recomendable secar bien el objeto una vez finalizada la limpieza para evitar que vuelva a oxidarse.
Cómo prevenir la oxidación en las sartenes
La mejor manera de evitar que las sartenes de hierro se oxiden es asegurarse de que queden completamente secas después de cada lavado. La humedad es el principal enemigo de estos utensilios, ya que acelera el proceso de oxidación. Por eso, se recomienda secarlas con un paño limpio y guardarlas en lugares cerrados o con poca humedad.
Otro punto clave es el almacenamiento adecuado. Una vez seca, se puede aplicar una fina capa de aceite vegetal en el interior y exterior de la sartén para protegerla del óxido. También es importante guardarla en un lugar seco y bien ventilado, lejos de fuentes de humedad. Si se apilan varias sartenes, lo ideal es colocar un separador de papel entre cada una para evitar rayaduras y prolongar su vida útil.























