Crisis en Jujuy: “La Constitución aprobada es un salto cualitativo”

La “Casa de Piedra”, como se conoce a la Legislatura de Jujuy, fue uno de los edificios públicos que más consecuencias sufrió en los hechos de violencia ocurridos el 20 de junio. En las oficinas anexas y en el estacionamiento todavía pueden divisarse proyectiles, vidrios rotos, papeles quemados, manchas de sangre en el piso y un auto quemado. En ese contexto la legisladora provincial y convencional por el Frente Cambia Jujuy, Gabriela Burgos, defendió la reforma de la Constitución y cargó contra el Gobierno nacional por generar malestar en la provincia norteña.

“Lo que vivimos el martes fue triste. Yo tuve que encerrarme con otras 10 personas en mi despacho mientras escuchamos los destrozos que se generaban”, relató. En la misma línea que lo expuesto por el gobernador Morales, la dirigente oficialista sostuvo que días atrás los docentes se habían manifestado pacíficamente en las calles y ante este nuevo escenario se puede suponer que a la provincia llegaron manifestantes desde otros puntos del país. “Esas no eran personas que querían hacerse escuchar, eran violentos y mafiosos. Aquí hubo injerencias políticas y estamos convencidos que hay una conexión directa con el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner”, lanzó.

En relación a los cambios estipulados sobre la Carta Maga, Burgos cargó contra los sectores que “distorsionan” conceptos y aseguró que el nuevo texto representa “salto cualitativo y cuantitativo en materia de derechos e institucionalidad”. Y destacó que el reconocimiento de los derechos digitales de la ciudadanía, la creación del Consejo de la Magistratura, de una Auditoría General y la implementación del juicio por jurado dan muestra de ello.

A partir de los debates generados por la regulación de la protesta social, la dirigente indicó que ese aspecto ya estaba estipulado en la Constitución del 86’ y defendió los parámetros establecidos “para el ejercicio de ciertos derechos con el fin de no perjudicar y de no dañar el ejercicio de los derechos de los demás”. “Esa fue la consigna que tuvimos los convencionales, por eso decimos que toda persona tiene derecho a vivir en una sociedad basada en la paz social”, cerró.