El crecimiento urbano necesita planificación

01 Julio 2023

“El crecimiento de una ciudad es algo que se puede prever; podría no llevarnos puestos si tuviéramos planificación, que favorezca el proceso de toma de decisiones, a través de la investigación”, describió una urbanista ante las consultas con respecto al uso que se empieza a extender de la avenida Francisco de Aguirre desde el oeste y el norte del Gran Tucumán hacia la Capital. Esta arteria tiene ahora un intenso movimiento, estimado en 5.860 vehículos por hora, aunque el acompañamiento en esos cambios es muy lento: faltan semáforos, hay zonas con muchos baches y la iluminación es escasa, lo que vuelve por lo menos incómoda la circulación nocturna.

La Francisco de Aguirre siempre fue acceso habitual desde el este y desde el norte por zona de Las Talitas. Pero ahora es usada mayormente por vecinos de la zona oeste de San Miguel de Tucumán, así como de Yerba Buena, Lomas de Tafí y Tafí Viejo. Ya el uso había comenzado la urbanización prácticamente descontrolada de la zona norte de Yerba Buena y el empuje hacia Cebil Redondo y Tafí Viejo por la ruta 315 ha tornado caótico e intenso el movimiento por el camino del Perú y ha generado fuertes problemas de circulación tanto por la zona de avenidas Perón-Belgrano como por la avenida Mate de Luna. Así creció el protagonismo de la Francisco de Aguirre.

En unos tramos la circulación es más fluida, pero en otras partes se complejiza: a lo largo del recorrido hay baches, faltan tapas de desagües y hay grandes pérdidas de agua. Además, dijo un vecino, “de noche no se ven ni las manos… Los policías están hasta las 20, pero por la noche te arrastran por nada”.

En las cercanías de Lomas de Tafí (a la altura del Pozo de Vargas) faltan complejos de semaforización. En la intersección de la avenida con Néstor Kirchner -la unión con el megabarrio de Lomas-, autos y motocicletas se enfrentan diariamente ante la falta de un instrumento ordenador del tráfico. En el resto de la avenida hay semáforos que no funcionan. Dicen que en ese sector hay picadas y que el caos impera, a tal punto que hay días en que es imposible cruzar para los peatones.

Según un funcionario de tránsito, los problemas tienen que ver con incultura vial: “Todos violan las normas de tránsito, sin distinción de clase social”, dice. No obstante, la urbanista consultada sostiene que es un fenómeno típico que la gente busque nuevas formas y caminos a medida que la urbanización se amplía. Explica que la infraestructura y la movilidad se influyen mutuamente. “Si cambia uno, cambia el otro. Es un ida y vuelta; y eso es lo que sucede. La avenida crece, y es probable que eso esté relacionado con el crecimiento de Lomas de Tafí y la presión de crecimiento hacia Tafí Viejo. En las últimas décadas se ha dado un crecimiento fragmentado, como pequeños parches que van surgiendo, y una avenida, como la Francisco de Aguirre, queda encerrada. Lomas de Tafí es un ejemplo de cómo un parche cambió la dinámica de una zona y logró que se termine de generar la trama entre el área metropolitana y Tafí Viejo, y eso fue apoyado por la avenida. Ahí ves la importancia de esa arteria”.

“La solución es pensar otra forma de movilidad en toda el área metropolitana”, reflexionó. Dijo que falta planificación, articulada a corto, mediano y largo plazo. Hoy estamos observando el fenómeno. También se debería estar estudiando las soluciones actuales y futuras, con una mirada no sólo enfocada en los problemas de toda la zona noroeste capitalina sino la parte que comprende a Yerba Buena, Cebil Redondo y Tafí Viejo.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios