Con orgullo y emoción, concurrí al desfile cívico escolar a la localidad de Ranchillos, en el día de San Antonio su santo patrono, que contó con la presencia del Gobernador electo. Al momento de pasar por el escenario los abanderados y personal del Hospital de Ranchillos, noté una eufórica muestra de afecto de los concurrentes hacia ellos, en especial a Marita, que con hidalguía escoltaba nuestra enseña patria. Ella, nuestra heroína, es una joven odontóloga del CAPS San Miguel, que el día anterior, con la colaboración del personal presente, le salvó la vida a un bebé de meses que llegó moradito con pocos signos vitales, ante lo cual, sin dudarlo y al instante se puso el traje de la Mujer Maravilla, las alas del ángel de la guarda y con la ayuda y protección de Dios, empezó la dura tarea de rescate para salvarlo y volverlo a la vida. Me pareció ver una radiante luz que envolvía a esos héroes anónimos de la salud, que en plena pandemia, con su profesionalismo no dejaron de enfrentar al maldito virus, exponiéndose, y hoy nos hacen llorar de alegría por su compromiso con la comunidad.
Francisco Amable Díaz
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