Sin muchos preámbulos, Elon Musk dejó volar el pajarito azul y estrenó su ansiada “X" en Twitter. Un día antes de que los usuarios se toparan con el cambio de identidad más importante que tuvo en su historia la plataforma, el empresario ya había tuiteado solo esa letra, anticipando para los entendidos que todo estaba listo.

Para el dueño de Tesla y SpaceX, este cambio no es nada improvisado. Antes de adquirir el año pasado Twitter, por U$S44.000 millones, Musk había revelado cuáles eran sus planes. En su mente estaba la aplicación china llamada WeChat, que es conocida como el “Whatsapp de oriente”, pero es mucho más que un servicio de mensajería. Se trata de una aplicación con todo en uno, con red social, con videollamadas, compras y hasta pagos en línea. Todo en una sola plataforma. Se pueden hacer transferencias, pagar pasajes de avión, facturas de servicios, consultar un médico, comprar entradas para un espectáculo o pedir una hamburguesa a domicilio. Y no hay ninguna aplicación así en occidente, por eso Musk está obsesionado en construirla.

La sorpresa de ayer no es solamente un cambio de identidad de Twitter. Es el primer paso hacia ese proyecto ambicioso que Musk tiene en su cabeza y sabe que tiene que hacerlo cuanto antes, a pesar de las críticas de miles de usuarios que no están contentos con las novedades en su plataforma. En octubre de 2022, el empresario reveló su estrategia con el siguiente tuit: “Comprar Twitter es un acelerador para crear X, la aplicación de todo”. Según sus propias declaraciones, WeChat te hace la vida más útil si vivís en China y si puede convertir Twitter en un servicio similar, eso sería un éxito para su gestión en la compañía.

El dueño de Twitter sabe además que tiene competencia y que el propio Mark Zuckerberg está moviendo sus piezas. Hace menos de un mes, Meta presentó Threads, una nueva red social basada principalmente en texto que se convirtió en la plataforma digital de más rápido crecimiento en la historia. En pocos días, e impulsada por los usuarios de Instagram, consiguió más de 100 millones de usuarios registrados. Sin embargo, ese entusiasmo parece estar revelando una verdad anunciada: según la consultora Sensor Tower, el número de usuarios registrados que vuelve a la aplicación con frecuencia ha caído un 70% y el tiempo que los usuarios pasan en su entorno también ha caído. A principios de mes, los usuarios pasaban 19 minutos mirando “threads”, pero ahora no llegan a cinco.

Zuckerberg también se refirió a WeChat y tiene capacidad de impulsar a sus plataformas hacia un plan de integración. En 2019, el dueño de Meta puso como ejemplo el poderío de esta red, aunque no avanzó en proyectos concretos. Ambos saben que para tener éxito, deben ser rápidos, por eso Musk considera que haber comprado Twitter es una decisión que aceleraría dicho proceso “entre 3 y 5 años”, en comparación con comenzar una aplicación desde cero.

Los pagos y la clave de una buena integración

Los dos son conscientes también de que para lograr una “gran aplicación” con la que se pueda hacer de todo, es crucial la integración con pasarelas de pago, es decir, insertar su nuevo producto en un ecosistema donde ya no solo existen tarjetas de crédito, sino también aplicaciones vinculadas al dinero muy instaladas. Hasta el propio Google tiene su billetera virtual hace mucho tiempo. Sin embargo, Musk corre con una pequeña ventaja al haber sido un visionario en los sistemas de pagos a finales del siglo XX. En 1999, fundó una empresa de servicios financieros llamada X.com, con la idea de centralizar compras, bancos, tarjetas de créditos, sistemas de préstamos y servicios financieros. Hasta llegó a probar la posibilidad de hacer transferencias de dinero a través de direcciones de correo electrónico. Sin embargo, tenía una competidora muy potente llamada Confinity, empresa con la que Musk se fusionaría para impulsar nada más y nada menos que PayPal, uno de los sistemas de pago más populares del mundo hasta ahora.

En esa historia remite también la obsesión de Musk. Él quería que el producto se siguiera llamando X.com, pero la pulseada fue ganada por sus nuevos socios y él terminó despedido del directorio de PayPal en 2000.

Quizás ahora es el tiempo de revancha de Elon, con otro escenario, con otros jugadores y nuevas demandas de mercado que serán las que, al final de cuentas, decidirán por x o por y.