“No han sido fáciles estos últimos años. Es difícil vivir con miedo: no puedo salir sola, llevo siempre un GPS para que mi familia sepa dónde estoy, a mis amigas siempre les mando mi ubicación de WhatsApp y tengo en mi cartera un gas pimienta por cualquier cosa”, explicó Milagro Lohezic, la joven que denunció que desde 2018 es acosada por Pablo Luciano Rainieri. “Por los constantes mensajes y mails que mandaba tuve que cerrar mis redes, después de un tiempo me abrí otra cuenta con otro nombre, en el que sólo tenía un reducido grupo de amigos y a mi familia. Cambié de mail. Lloré muchas veces en la psicóloga por la desesperación, porque no me merezco esto, estoy lidiando con una persona que no entiende que le digas ‘no’”, agregó.
Mails
Milagros explicó, en entrevista con LA GACETA, que todo comenzó con un mail que recibió en 2018. “Ese año se contactó de diversas maneras, en ese momento pensaba que se trataba de tres personas distintas, luego entendí que era un chico que me escribía desde distintas cuentas. Hasta ese momento no me había dicho nada desagradable, pero me asustaba que él sabía mucho de mí, -donde vivía, por ejemplo- y yo no sabía quién me escribía”, contó la joven, que agregó que a fines de ese año terminó bloqueando todas esas cuentas.
En 2019 hizo un viaje y el joven volvió a contactarse con ella, desde otra cuenta, reclamándole porque lo había bloqueado. “Le reiteré que yo estaba de novia y que dejara de molestarme”, contó la denunciante. Cuando regresó a la provincia se enteró de que Rainieri, aparentemente, llevaba tiempo hablando de ella con sus amigos, al punto que algunos amigos en común de ambos habían llegado a creer que estaban en pareja.
Cara a cara
Agotadas las vías virtuales, Rainieri comenzó a presentarse en lugares donde sabía que encontraría a Lohezic. La joven recordó que un día fue con su padre al teatro para ver una obra de su hermana. En ese momento, un joven se sentó al lado de su papá. Hasta ese momento, no conocían a Rainieri. Durante la función, el misterioso espectador se inclinó para llamar a la joven, se presentó y le dijo si podían hablar afuera un momento. Milagro quedó inmóvil y reaccionó pidiéndole ayuda a su padre. El hombre le pidió al joven que se fuera, salió también y le pidió que ya no molestara a su hija.
Meses después Rainieri se presentó con un ramo de flores buscando a Milagros. El padre de la joven volvió a salir para pedirle se fuera, pero ante la negativa del chico (dijo que se iría pero no lo hizo), llamó a un policía, que aprehendió por unas horas al joven por contravención. Sus padres debieron pasar a retirarlo de una comisaría y así se dio una fuerte discusión entre la madre del acusado y Milagro. “Ahí me di cuenta de que este chico vivía en una realidad paralela, le hacía creer a su familia que yo era su pareja, o algo así, y que yo lo hacía sufrir, cuando todo el tiempo yo le decía que me dejara en paz”, mencionó Lohezic.
Milagros acudió a la Justicia y, si bien, según dijo, al principio le negaron protegerla con una perimetral, finalmente sí se la concedieron y durante la pandemia no supo más de Rainieri. “Hace poco me volvió a escribir, esta vez por Telegram y el texto ya me asustó, en el que decía ‘estoy determinado a amarte, tenemos que estar juntos’”, explicó. La joven agregó que también intentó contactarse con las hermanas del acusado para ver si podían interceder. “No tuve mucho éxito, me dijeron que hablara con su madre sobre ese tema y las entendí. Luego decidí hacer público todo esto y ahí una de las chicas se contactó conmigo y me pidió disculpas porque ellas no sabían las cosas que me mandaba su hermano; me dijeron que hablarían con sus padres para que esto cese”, añadió.
Detención
A raíz de la última denuncia, el fiscal Gerardo Salas, de la Unidad de Violencia de Género, realizó dos medidas. La primera, dictar una orden de prohibición de acercamiento en contra del acusado (no podrá acercarse a 600 metros de la víctima ni tener ningún tipo de contacto con la víctima durante seis meses). Luego solicitó una orden de allanamiento que fue autorizada por la jueza Elizabeth Raddi. Durante la medida la Policía secuestró computadoras y celulares que serán analizados; además allí se concretó la aprehensión del acusado.
Al día siguiente se le formularon los cargos. El auxiliar fiscal Exequiel Filmann expuso los detalles del caso, acusó a Rainieri por el delito de “lesiones leves a la salud mental”. Además solicitó que le dictaran la prisión preventiva para terminar de hacer las pericias a los elementos secuestrados y para realizarle estudios psicológicos al acusado. La jueza Eliana Gómez Moreira aceptó el planteo y ordenó la prisión preventiva por 15 días.