La hipoacusia es la pérdida parcial o total de la audición y presenta diferentes grados que van desde leve, moderado, severo a profundo. Posee múltiples causas según la etapa donde inicia, pero provoca consecuencias mucho más amplias en los primeros tres años de vida y durante toda la infancia, ya que es la etapa de mayor desarrollo del sistema auditivo y la clave para adquirir el lenguaje. Entre las posibles razones se encuentran: factores hereditarios, congénitos o adquiridos al momento del nacimiento e incluso puede desarrollarse a lo largo de la vida por variados factores.
El doctor Mario Zernotti, jefe de Otorrinolaringología del Hospital Allende y referente de le empresa Medel (especializada en implantes cocleares), afirma que de cada 1.000 recién nacidos, uno o dos son sordos profundos y dos o tres son sordos moderados. Si los niños tienen antecedentes de riesgo pueden aumentar notoriamente la posibilidad de sufrir algún tipo de sordera.
Hay grados de hipoacusia que los padres no detectan porque en la conversación unipersonal, su mamá no tiene dificultades para entenderse, pero cuando el niño se integra a un grupo en el que hablan más personas, no comprende lo que se dice. Por eso la detección temprana es fundamental.
A partir de las 48 horas de vida y en lo posible antes del tercer mes, todo niño debe ser evaluado auditivamente (tenga o no antecedentes de riesgo auditivo). El método más utilizado es el de otoemisiones acústicas debido a la simplicidad y alto grado de confiabilidad. El estudio no produce molestias ni ningún daño al niño, ya que consiste en introducir en el conducto auditivo un diminuto auricular con micrófono por donde se emite un sonido suave. Si el bebé produce ciertos sonidos con “ecos“, quiere decir que la cóclea está funcionando y que el pequeño escucha perfectamente.
En el caso de que, aunque las otoemisiones hayan dado bien, pero por algún motivo o factores de riesgo (herencia, infecciones, malformaciones, entre otras) se sospeche un problema en la audición, se debe consultar con un especialista“, explica el doctor Zernotti.
El especialista agrega: “Los padres deben mantener una vigilancia permanente para detectar posibles deficiencias o pérdidas auditivas en los primeros meses de vida”.
Tips de prevención
El doctor Zernotti resalta cuán importante es desarrollar hábitos que ayuden al cuidado del sistema auditivo, entre los cuales se pueden mencionar:
- No exponerse a ruidos intensos.
- Usar protección auditiva si se trabaja en ambientes ruidosos.
- Medir la intensidad de los reproductores de música, así como también el volumen de la TV y la radio, para que no dañen nuestros oídos.
- No utilizar hisopos, ya que estos provocan lesiones o micro lesiones que a lo largo del tiempo pueden producir un deterioro prematuro del sistema auditivo.
- Consultar tempranamente ante la presencia de dolor de oído, sensación de pérdida auditiva, presencia de zumbidos o problemas de discriminación.
- Hacer una consulta y examen auditivo periódicamente para controlar el deterioro.
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) expresa que, casi el 60% de los casos de pérdida de audición en niños se pueden prevenir, por eso, es clave la detección temprana para tratar la hipoacusia y/o cualquier otra enfermedad asociada con los oídos“, finaliza el especialista.