Era sabido que la decepción por el mal debut de Los Pumas, directamente proporcional a la fe que había sobre un primer triunfo sobre Inglaterra en un Mundial, iba a levantar mucha espuma. Las críticas sobre el rendimiento del equipo y sobre las decisiones del staff técnico corrieron como reguero de pólvora en conversaciones de whatsapp y publicaciones en redes sociales, en las que muchos llegaron al extremo de acusar a los jugadores de haberle faltado el respeto a la camiseta y pedir que rueden cabezas. Y si bien es cierto que el equipo mostró una preocupante falta de respuestas a pesar de haber tenido superioridad numérica durante casi todo el partido, tampoco es cuestión de caerles con todo a los jugadores por haber perdido contra Inglaterra, una de las mayores potencias del mundo ovalado, más allá de la crisis que viene atravesando. Las chances de ganar de Los Pumas eran mayores que otras veces, sí, pero nunca fueron favoritos. Y este cachetazo viene bien para bajarnos del caballo del triunfalismo que los argentinos solemos montar con rapidez y entender que el camino sigue siendo de subida.
Lo que pasó, pasó y no se puede cambiar. Para lo único que sirve mirar hacia atrás es para revisar los errores y aprender de ellos. Y el análisis detallado de esos 80 minutos fatídicos en Marsella le habrá dejado a Michael Cheika y compañía una lista de aspectos a trabajar en estos 11 días que quedan hasta el partido contra Samoa, que por el curso de los acontecimientos se ha transformado en una final que determinará si Los Pumas siguen con chances de clasificarse a cuartos de final. Jugando como ante Sudáfrica o Australia en el Rugby Championship, el equipo argentino tiene todo para ganar; jugando como el sábado, tiene todas las de perder.
¿Se vienen cambios? Seguramente, aunque no tantos como piden los más enardecidos. La formación que presentaron Los Pumas ante La Rosa es en líneas generales la que vino utilizando Cheika en el último tiempo, y el coach australiano no va a modificar radicalmente la estructura base por un mal partido. No sólo porque afectaría su funcionamiento, sino porque socavaría la confianza de los jugadores. Por eso mismo, aunque buena parte de las críticas le llovieron a los conductores Santiago Carreras y Gonzalo Bertranou, lo más probable es que Cheika sostenga a ambos. O al menos a Carreras, pero esta vez con la alternativa del tucumano Nicolás Sánchez en el banco. Claro, siempre que el cordobés esté en plena condición física, ya que terminó casi en una pierna en el debut. En el caso del medio scrum, cabe la posiblidad de que se apueste por la experiencia de Tomás Cubelli en lugar del mendocino, que no aportó su habitual dinámica y conducción.
Al tratarse Samoa de un rival de mucha potencia física, puede que el santiagueño Facundo Isa sea incluido esta vez, al menos entre los suplentes. De todos modos, salvo caso de lesión, es muy probable que el pack sea el mismo, y las variantes estén entre los relevos. La cuestión principal, más que los nombres o el planteo, será trabajar en lo psicológico. El rugby está, lo importante será recuperar la confianza después del golpe.