La crisis del transporte público de pasajeros se acentúa cada vez más en el país. En estos últimos días, se desató un nuevo conflicto que reúne empresas en quiebra, deudas salariales y paros por tiempo indefinido en diferentes provincias. Pero ¿qué tanto de eso puede alcanzar a Tucumán?
Luis García, directivo de la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán (Aetat) fue tajante: “El 100%. Estamos en una situación límite”. Advirtió que la prestación del servicio en la provincia “está en peligro” porque las recaudaciones de las empresas no alcanzan para cubrir los costos diarios de las unidades.
“Por eso pasó todo esto en el país; tenía que explotar en algún momento. (Acá) puede ocurrir en el corto plazo”, sentenció el empresario. Contó que el problema más grande es el suministro de gasoil, porque -debido a la situación económica- no se consigue financiación y deben comprarlo de contado, con plata que a veces no alcanza.
Agregó: “Es el día a día. Antes comprábamos gasoil a granel en cantidades y llenábamos los depósitos de cada empresa para tirar una semana. Hoy compramos cada día, pero con la situación en la que estamos, no tenemos efectivo ni crédito”.
El jueves, el Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán aprobó un aumento en la tarifa de colectivos. El boleto en la provincia ahora costará $230. Sin embargo, García explicó que aún mantienen abiertas las especulaciones acerca de cómo ayudaría esto a la resolución de la problemática.
“No sabemos cuándo lo van a promulgar (al aumento) ni si va a haber una devaluación el lunes (por la asunción de Javier Milei a la presidencia), con lo cual el aumento quedaría licuado”, especuló.
Es por eso que repitió que el problema es aún más profundo. “Ya lo había dicho (el ex candidato presidencial Sergio) Massa; que el boleto cuesta $700, pero en el AMBA el pasajero paga $60 y el resto pone el Estado. En el interior del país, la prestación es la misma, los sueldos son iguales, pero paga $120 el pasajero y $130 el Estado nacional, entonces no llegamos nunca”.
De todas formas, García evitó hablar de ajustes de personal o de otras alternativas que involucren al trabajador para enfrentar la crisis de transporte. En cambio, insistió en que la solución es el correcto financiamiento del servicio.
“Es una cuestión de financiamiento. No sirve reducir servicios porque un día reducís uno, después otro y a los 10 días ya no tenés nada. Las autoridades son las que nos fijan los precios y el Estado nacional las compensaciones tarifarias. Todo eso siempre está por debajo del costo técnico de la prestación, ese es el problema”, aseveró el empresario.
Importe inferior
Por otro lado, García mencionó que un problema que se repite es el del pago de los sueldos. “El Gobierno provincial pagó ayer el de diciembre, con eso se pagó un anticipo al personal. Estamos esperando a la Nación para cubrir ese y otros gastos, pero resulta que transfirieron un importe inferior al que se habían comprometido, así que va a ser difícil”, percibió.
Mes a mes, las compensaciones tarifarias alcanzan sólo para pagar el sueldo neto de los choferes, indicó García. Porque además tienen otros gastos, como el combustible, los repuestos y el pago de impuestos y retenciones. “Aparte, como frutilla del postre, viene el aguinaldo. Es realmente difícil. No es que pagamos el sueldo y seguimos trabajando, si no tenemos para cargar gasoil”, remarcó.
En tanto, César González, referente de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), aportó su visión de la problemática y aseguró que “la Fatap (por la Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros) está en una crisis compleja”.
“Se debe al atraso de las compensaciones tarifarias, a la devaluación, al costo operativo, entre otras cosas. Acá en Tucumán la situación también es muy complicada”, dijo el secretario general de los choferes.
Avaló lo dicho por García sobre que las unidades trabajan “en el día a día” y contó: “Hay empresas a las que les cuesta arrancar a la mañana con los primeros servicios, porque las recaudaciones no llegan a cubrir los costos operativos diarios de cada empresa”.
González admitió que aunque la problemática es grande, el sector intenta que “no ocurra lo peor” en la provincia para que se pueda mantener la fuente de trabajo de los 3.5000 trabajadores de la empresa de transporte.
“Esto lo venimos sufriendo desde antes de la pandemia. El transporte comienza con esta debacle cuando el gobierno del ex presidente (Mauricio) Macri sacó en 2018 el gasoil subsidiado. Hoy una empresa de 35 coches y 100 empleados gasta alrededor de 100.000 litros de combustible por mes”, manifestó el chofer.
En cuanto al pago de los sueldos en Tucumán, agradeció los fondos adelantados por la Provincia y mencionó que las empresas “están debiendo un 60% del sueldo de noviembre, que se salda la próxima semana” y que ya está en depósito los fondos que envió la Nación.