Como estudiante de Psicología, hoy me pregunto: ¿Qué está pasando con nuestra educación? Freire sostenía que "enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción." ¿Por qué la educación actual no impulsa el pensamiento crítico, la formulación de hipótesis o la creatividad? ¿Por qué aún en las facultades nos enseñan a memorizar y repetir a rajatabla textos antiquísimos sin dejar un lugar para cuestionarlos? Estar frente a un aula no convierte mágicamente a alguien en docente. El plantel docente, al menos desde mi punto de vista, debería contar con dos capacidades clave: 1) La de transformar la información: lograr descomplejizar lo sobrecomplejizado y por qué no complejizar un poco más lo que aparenta ser tan simple; de manera de que el alumno logre entender, interiorizar y usar dicho conocimiento. 2) Invitarnos a cuestionar las cosas: la enseñanza y el conocimiento en sí deberían ser actos que ayuden al que aprende a liberarse de la ignorancia, porque sabemos muy bien lo limitante que ella puede ser. Sin embargo, vivimos en un sistema en el que se promueve permanentemente la ignorancia desde todos los niveles educativos. Se nos está educando para la ignorancia, para la repetición de lo mismo aunque lo mismo sea malo. ¿Y saben por qué? Porque ignorantes somos más fáciles de manipular, caemos fácilmente ante discursos demagógicos, nos enamoramos de las bellas imágenes que nos muestran y no vemos que solo son eso, imágenes. Pero, ¿qué queda cuando las imágenes nos explotan en la cara? La dureza de la realidad, la dureza de no saber hacer con la dureza de la realidad.

Agustín Albertus
albertusagustin@gmail.com