Dolor de cabeza intenso, dolor en el pecho, mareos, dolor en las piernas, dificultad para respirar, náuseas, cambios en la visión, ansiedad y confusión. Todos estos pueden ser algunos síntomas de que tu presión está descontrolada. Aunque probablemente quienes sufran le enfermedad no tengan ninguna señal que les indique la presencia de este “asesino silencioso” en el cuerpo.

Por eso es tan preocupante el avance de la hipertensión arterial, un trastorno crónico que llega a lesionar órganos vitales, como el corazón, el cerebro y los riñones, si no se la detecta y controla oportunamente.

En la Argentina, un tercio de las personas hipertensas no sabe que lo es, otro tercio no recibe tratamiento y del tercio restante solo la mitad de ellos logra controlarla, a partir de un tratamiento. Es decir que solo uno de cada cinco argentinos logra controlar su presión arterial.

¿Qué es?

La hipertensión arterial es un trastorno por el cual los vasos sanguíneos tienen persistentemente una tensión elevada, según la define la Organización Mundial de la Salud (OMS). La sangre se distribuye desde el corazón a todo el cuerpo por medio de los vasos sanguíneos. Con cada latido, el corazón bombea sangre a los vasos. La tensión arterial se genera por la fuerza de la sangre que empuja las paredes de los vasos sanguíneos (arterias) cuando el corazón bombea. Cuanto más alta es la tensión, más dificultad tiene el corazón para bombear.

Cómo actuar

No hay una sola fórmula para bajar la presión. Sin embargo, los especialistas coinciden en varios puntos. Conocer la presión arterial es fundamental. Para ello, es necesario que las personas se hagan una medición anual con un tensiómetro autorizado o que el médico lo haga cuando el paciente concurre al consultorio. Lo increíble es que muchos profesionales no cumplen con este trámite elemental del chequeo clínico.

Una investigación denominada “Registro Argentino de Medición de la Presión Arterial en Consultorio”, realizada por la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), reveló que sólo el 14% de los profesionales de la salud les toman la presión a sus pacientes. La tensión arterial idónea se encuentra en torno a 120/80 mmHg. Por encima de esa cifra, y especialmente por arriba de 140 mmHg, ya aumenta el riesgo de muchas patologías.

Florencia Waisman, presidenta del distrito NOA de la SAHA, y María Esperanza de Haro, presidenta de la Sociedad Tucumana de Hipertensión, opinan que urge concientizar a la población sobre la importancia de mejorar la detección de la enfermedad y el control. El subdiagnóstico es más amplio en las personas más jóvenes, ya que no se autoperciben en riesgo. Piensan que es una enfermedad de las personas mayores. O que no es necesario controlar la presión si se sienten bien, cuando en realidad la patología no da síntomas.

Tratamiento

Más allá del tratamiento farmacológico, una alimentación saludable es fundamental para mantener la presión dentro de los valores normales.

¿Cuál es la mejor receta?, le preguntamos a las especialistas. El primer consejo es incorporar a nuestra dieta frutas y verduras, carnes magras, leches y yogures descremados, y panificados integrales sin sal; que el menú presente la mayor variedad de colores posibles.

Se recomienda la cocción con calor seco. Ahora que comienzan los días más fríos del año, se puede optar por sopas caseras de verduras y fideos o avena. Hay que evitar las sopas instantáneas, debido al alto contenido de sal que aportan. Tampoco es recomendable usar caldos concentrados.

Reducir el consumo de sal es esencial. Se puede reemplazar por condimentos que realcen los sabores del plato, como pueden ser el orégano, laurel, perejil, pimentón y ajo.

Otro grupo de alimentos que se debe evitar por la cantidad de sal y sodio que contienen son los snacks, como las papitas fritas, los palitos y el maní salado, entre otros, que pueden ser sustituidos por salsas y humus caseros a base de legumbres secas, por ejemplo. También es conveniente no consumir fiambres, embutidos y quesos duros, que son los que más contenido de sal poseen.

Hay que sacar de nuestros platos los enlatados y procesados, y aprender a leer las etiquetas de los alimentos, recomiendan. Aquellos que traen la leyenda “con exceso de sodio”, son los que no deben comer quienes padecen hipertensión arterial.

ALIMENTACIÓN SANA. Comer frutas y verduras ayuda a mantener la presión dentro de los valores normales.

En la actualidad, además, se hace mucho hincapié en aumentar el consumo de potasio, presente frutas y verduras, entre otras.

¿Sin medicamentos?

¿Se puede bajar la presión sin usar medicamentos?, les consultamos. Waisman dijo que, aunque cada caso se debe analizar en particular, esto sí es posible. De hecho, ella tiene un grupo reducido de pacientes que no utiliza fármacos y tiene bien controlada la presión arterial. Lograron eso gracias a los hábitos saludables, principalmente una buena alimentación y ejercicio físico, mínimo cuatro días a la semana, 60 minutos, que combine ejercicio aeróbico con entrenamiento de fuerza, remarcó la profesional.

“Lo ideal es que con ayuda del médico el paciente pueda elegir cuál es la actividad física adecuada, buscar algo que le guste y que pueda sostener en el tiempo. Está demostrado que el ejercicio reglado y sostenido en el tiempo ayuda a disminuir el número de medicamentos que necesita una persona hipertensa y el progreso de la enfermedad”, señaló la médica.

Dejar de fumar y mantener un peso saludable es esencial. Disminuir la cantidad de grasa del cuerpo es uno de los cambios en el estilo de vida más eficaces para controlar la presión arterial.