En pleno avance del 2024, la parasitosis intestinal sigue siendo una amenaza silenciosa que afecta a gran parte de la población mundial. Con el objetivo de frenar su propagación, la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE), en colaboración con Laboratorios Andrómaco, lanzó una campaña de concientización y prevención. Este año, la iniciativa se ha enfocado en llegar a comunidades sin acceso a agua segura, recorriendo diversas escuelas en Buenos Aires y en Tucumán.

Según la Organización Mundial de la Salud, una quinta parte de la población global está afectada por la parasitosis intestinal. En Argentina, más del 60 % de los niños padecen esta afección. La campaña anual abarcó más zonas vulnerables y tuvo el apoyo del proyecto Agua Segura para instalar filtros de agua en colegios. Con ello, se garantizó el acceso a agua potable, un elemento crucial para prevenir la enfermedad.

Es que las parasitosis intestinales afectan mayormente a las poblaciones más vulnerables. La falta de higiene y el acceso limitado a agua potable permiten que la afección se propague rápida y silenciosamente. La manipulación inadecuada de la materia fecal y la defecación al aire libre, debido a la carencia de baños adecuados y sistemas de cloacas, contaminan el suelo y el agua, facilitando la proliferación de parásitos.

Síntomas y prevención

Edgardo Smecuol, médico gastroenterólogo y ex-presidente de SAGE, explica que las parasitosis intestinales son infecciones causadas por la presencia de parásitos en el intestino. Estos organismos, que pueden ser visibles o no al ojo humano, sobreviven a expensas de su huésped y provocan desde trastornos leves hasta condiciones de salud graves.

Para prevenir estas infecciones, es fundamental adoptar prácticas como el lavado frecuente de manos, consumir agua limpia y segura, lavar bien las frutas y verduras, caminar con calzado, usar baños y letrinas, respetar los tiempos de cocción de los alimentos y evitar comer carnes poco cocidas. Los síntomas más comunes de la parasitosis incluyen picazón en la zona anal, diarrea, dolor abdominal, irritabilidad, presencia de gusanos en las heces y anemia. Ante la aparición de alguno de estos síntomas, es crucial consultar a un médico. Además de las medidas preventivas, existen tratamientos médicos seguros y efectivos para combatir estas infecciones.