La literatura, y el amor a la lectura y a la escritura son pilares fundamentales de las vidas de los chicos que hacen “Gente de Acá”. Así lo dicen seis de ellos: Luna Sabio y Guadalupe Agüero que tienen 17 años; José Benjamin Salazar, Santiago Meone y Sofía Sánchez de 15, y Felicitas Sánchez con tan sólo 12 años. A estos adolescentes los une la pertenencia a la Escuela Municipal Petrona de Adami, también conocida como “Abejitas”, y su condición de escritores de algunas de las producciones de “Gente de Acá”, un proyecto literario de la Municipalidad de Yerba Buena destinado -por ahora- a alumnos de instituciones educativas de esa ciudad tucumana.

El concurso creativo “Gente de Acá” se hace todos los años desde 2019 para dar a conocer las voces de autores juveniles. A partir de una temática específica que elige la organización, los estudiantes del secundario dan rienda suelta a la imaginación. Este año la convocatoria vence el 5 de agosto y la consigna es ‘’Utopías y distopías: imaginar Yerba Buena dentro de 100 años’’, es decir, 2124. Los textos de los ganadores se publicarán en el libro de la sexta edición del ciclo. Esta primera experiencia de publicación colectiva deja una huella hacia adentro y hacia afuera. Lo prueba el hecho de que algunos de los jóvenes escritores de “Gente de Acá” hayan sido invitados a hablar sobre el proyecto en la Feria del Libro de Tucumán que concluyó el 16 de junio pasado.

ADMIRANDO SUS OBRAS. Felicitas Sánchez, Guadalupe Agüero, Sofía Sánchez y Luna Sabio comentando sobre sus participaciones en el proyecto. / Foto: Antonio Ferroni (LA GACETA).

“Escribir me conecta con otras realidades: siento que vivo en muchos mundos”, afirma Sofía Sánchez en un diálogo en la Redacción de LA GACETA. Ella es una participante fiel de “Gente de Acá” puesto que interviene en la iniciativa desde la primera edición. Conoce el proyecto desde que estaba en pañales. El primer resultado de la convocatoria fue una antología con crónicas de personas reales de Yerba Buena. “Los libros son como mis mejores amigos, a veces uno se agota del lío del día a día y ellos nos llevan a otros lugares”, asegura la joven.

El caso de Sofía es divertido. La primera vez que concursó no escribió bien el correo electrónico y su texto quedó etiquetado como “autor sin identificar”. La equivocación resultó una suerte porque, de esa manera, la autora pudo romper el miedo. “Fue mi forma de cruzar la barrera de los prejuicios que muchos chicos de mi edad tienen”, explica. Desde su perspectiva, el anonimato puede ser una alternativa para quienes quieren sumarse, pero no se animan a hacerlo quizá porque les da vergüenza lo que los demás vayan a pensar y a opinar.

Democracia y pandemia

“Participé por primera vez el año pasado con el eje temático de 40 años de democracia. Antes me habían dado la oportunidad, pero yo no aceptaba por el miedo a fracasar”, se sincera por el mismo lado Santiago Meone. Para él la escritura es una cuestión muy personal por eso no suele compartirla ni con sus amigos más cercanos. Cuando aquellos lo vieron en la televisión haciendo una entrevista sobre el libro de “Gente de Acá”, se sorprendieron por lo inesperado de la situación y, a continuación, apoyaron al autor. “Que haya sido publicado me da confianza para los próximos años. Quiero seguir escribiendo en las siguientes ediciones”, manifiesta con una sonrisa en su rostro.

Un aspecto que llama la atención sobre el concurso es que los ejes y los resultados son realmente profundos. Como comentaba Santiago, el tópico del año pasado fue “40 Años de Democracia”. Los jóvenes interesados debieron investigar sobre los sucesos ocurridos en la última dictadura militar argentina, período que la mayoría de sus padres no llegaron a vivir. No es la situación de José Benjamin Salazar, que escribió sobre la historia personal de su papá en esta época. El texto se titula “La herida que los argentinos llevan en su corazón”. “Me entusiasma poder transmitir y mostrar el ángulo de las personas que sufrieron en este momento. Reflexionar sobre los derechos que adquirimos en estos 40 años, y los privilegios que hoy tenemos y que antes no existían”, cuenta.

TEXTOS PROFUNDOS. Victoria Desjardins, directora de educación de Yerba Buena junto a José Benjamín Salazar y Santiago Meone, quienes se lucieron en el libro del año pasado por los 40 años de democracia. / Foto: Antonio Ferroni (LA GACETA).

Según Felicitas Sánchez,  escribir es una manera de escapar de esta realidad y de explorar distintos mundos. Ella se presentó en el concurso el año pasado cuando tenía 11 años. Su relato quedó seleccionado para la recopilación sobre la democracia y la dictadura militar. “Investigué sobre cómo vivieron mis parientes en esa época”, comenta. Y asegura que seguirá participando de los sucesivos “Gente de Acá”.

La emergencia sanitaria de la covid-19 fue otra de las consignas desarrolladas en el proyecto. En esa edición participó Guadalupe Agüero, que cursa el sexto año de la escuela. “Escribir sobre la pandemia mientras estaba pasando y todos estábamos encerrados fue sanador porque pude entender muchas cosas”, detalla la jóven. Por diversas cuestiones no pudo volver a “Gente de Acá” en los años sucesivos, pero quiere presentarse en el concurso de 2024. Guadalupe precisa que la consigna que invita a imaginar Yerba Buena en 100 años le está permitiendo tener una mirada diferente sobre la realidad. Ahora se da cuenta de cosas que antes no veía. “Hasta el día de hoy sigo escribiendo. Me sirve para expresarme cuando estoy mal, aunque cuando estoy bien también lo hago”, revela.

Luna Sabio va a sexto como Guadalupe. Conoció el concurso en el año en el que se creó y publicó allí su primer texto cuando ella tenía 12.  “Me parecía divertido escribir una crónica sobre Yerba Buena”, dice. Al igual que su compañera, no pudo participar de las ediciones siguientes de “Gente de Acá”, pero este año volverá. Sus amigos tampoco sabían que ella estaba metida en este proyecto: se enteraron cuando en su escuela anunciaron que iba a dar entrevistas sobre el libro. “Algunos me dijeron que quieren estar en la edición de este año”, relata. Ella alienta a los jóvenes que no se animan porque “lo que no podés decir, lo podés escribir”.

Escribir para sentir

“Es importante que se sepa que esto no es sólo un concurso, sino un espacio para las voces infantojuveniles”, opina Victoria Desjardins, directora de Educación en la Municipalidad de Yerba Buena. La funcionaria adelanta que se vienen grandes proyectos. “El año que viene vamos a implementar ‘Gente de Acá y Gente de Allá’ porque invitaremos a chicos de otros municipios a participar”, anticipa. Victoria se encarga de difundir la iniciativa por las ferias de Libro: para ella es fundamental que se lea lo que estos autores adolescentes escriben. Así como no hay una compensación económica para la autoría, los volúmenes de “Gente de Acá” se entregan sin costo. “Esto forma parte de una política de gobierno que tiene a la educación como prioridad”, dice Desjardins.

Quizá la mejor descripción de lo que este programa es y se propone conseguir esté en el prólogo de la primera edición: “‘Gente de Acá’ invita a los jóvenes a escribir para nombrar; nombrar para conocer; conocer para saber; saber para dejar ver; dejar ver para empezar a mirar; empezar a mirar para habitar; habitar para vivir y vivir para sentir”.

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