La caótica y vergonzosa sesión durante el análisis de la Ley Bases convirtió al Senado en un mercado persa, permitiéndole al oficialismo utilizar maniobras de corrupción, incluidos el toma y daca entre el Gobierno y los senadores opositores, dialoguistas y traidores. Esto creó en el sector pasivo un ambiente de desazón e incertidumbre sobre el destino de la Fórmula de Movilidad Jubilatoria, aprobada por amplio margen en Diputados. La incoherencia de los senadores, que perciben ingresos mensuales que superan 42,5 veces la jubilación mínima, la amenaza del Presidente y la sumisión de algunos “líderes” sindicales son factores que conspiran contra la supervivencia de quienes durante años trabajamos y aportamos al engrandecimiento del país. El Presidente asegura que de aprobarse la nueva fórmula, el Estado, su futura víctima, “gastaría” U$S 2.000 millones, ignorando que no es un gasto; es un reconocimiento a quienes trabajaron toda la vida. El paso del tiempo hizo estragos en algunos de nosotros, quitándonos la capacidad de defendernos, como muchos lo hicimos en nuestra juventud. Por lo tanto, si vamos a entrar al circo romano, solo nos queda repetir: “Ave Milei, los que van a morir te saludan”.
José Emilio Gómez
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