“No somos seres racionales, somos seres emocionales que razonan”, dice Daniel López Rosetti, reconocido médico argentino y autor del libro “Emoción y Sentimientos”, publicado en 2019. La frase explica cómo funcionan nuestro corazón y cerebro e intenta descifrar qué impacto tienen en nuestras decisiones. “El corazón decide y la razón justifica”, agrega el especialista, quien considera que las emociones son el cemento de la memoria, “Todo lo que tiene pasión y emoción es lo que queda en la memoria”, fundamenta.
La explicación anterior quizá nos lleve a comprender por qué la esperanza es el sentimiento que eligen los tucumanos a la hora de expresar su “sentir” ante el presente (político y socioeconómico) de nuestro país.
Un informe elaborado por la Consultora Sociología y Mercado indagó entre la población: si tuvieras que definir tu estado emocional de acuerdo con la situación que vive el país ¿cuál sería?. Y les dio opciones. El 40,4% de los consultados mencionó la esperanza en primer lugar. El 13, 8% habló de tristeza; el 10,9% de los encuestados dijo sentir bronca; el 9,9% resignación; un 9,6% respondió que siente desconfianza; un 7,1% hartazgo; 6,7% se mostró ilusionado; un 1,32% dijo sentir alegría y apenas un 0,3% eligió la paz como sentimiento.
Emociones
Con esos datos, los especialistas dividieron la torta y elaboraron un gráfico con las emociones positivas y negativas. Las emociones negativas (51%) de los tucumanos superan mínimamente a los optimistas (49%).
“Los tucumanos ponen un voto de confianza en que el futuro se muestra promisorio. La esperanza es una emoción que permite vislumbrar un porvenir de optimismo, asociado a logros. A la vez que ayuda a afrontar momentos actuales adversos”, explica la socióloga Roxana Laks. “La ilusión, en cambio, es un sentimiento más orientado a lo mágico, a lo irracional”, explica.
“Siento esperanza. Recién vamos seis meses de este gobierno, después de muchos años del kirchnerismo creo que es necesario apoyar al Gobierno actual”, dijo José a LA GACETA.
Luchan para salir del infierno de la droga apoyados en la fe y la esperanzaPor otra parte, las emociones negativas de los tucumanos superan mínimamente a los optimistas. “La más mencionada es la tristeza, pero eso no quiere decir que haya unas buenas y otras malas. Necesitamos poder procesar lo que nos pasa”, entiende Laks.
“A mi me parece preocupante la realidad de nuestro país, creo que hace falta unidad y respeto hacia todos los sectores políticos, sean minoría o mayoría. Escucho a nuestros senadores y veo muy bajo nivel en sus intervenciones y poca preparación. A mi me genera intranquilidad escucharlos, pero tengo ciertas expectativas en que las cosas puedan mejorar”, resume Tomás en una consulta callejera.