Aunque los recortes presupuestarios se están haciendo notar no sólo en el sector público sino también en el privado, es destacable que quienes atienden la agenda cultural en Tucumán no se dejan vencer y apuestan por actividades variadas y de distinta envergadura. Lo que se viene dando durante este julio es una muestra cabal de lo expuesto, con propuestas gratuitas o con entrada paga. En ese contexto, la intensa programación por los 25 años del Julio Cultural Universitario se destaca nítidamente.
La necesidad de educar en arte y cultura genera siempre debates de toda índole. Es común que se piense que la cultura, que es una creación a la que contribuimos todos, surge por generación espontánea. También suele sostenerse que no necesita de mantenimiento ni de atención. Pero la realidad indica que, por el contrario, la cultura (entendida como un fenómeno social) y el arte (como una de sus manifestaciones tangibles más concretas), necesitan el aporte de todos.
Lo del Julio Cultural Universitario es tal el arquetipo de lo que debe hacerse, y cómo. Pasó de ser una propuesta de pocos días a durar todo un mes; de contar con pocos espectáculos a presentar cerca de un centenar. Con un millar de artistas de distintos espacios. Ese crecimiento exponencial tiene también el favor del público, hoy contado a decenas de miles.
Este año presentó una grilla cargada de propuestas para todas las edades, con una cartelera focalizada en los artistas tucumanos, protagonistas excluyentes de este año. Hay expresiones musicales, teatrales, dancísticas, literarias y visuales entre otras, dándole cabida a un estado creativo que late fuerte en Tucumán, que brilla ya no sólo en cantidad sino también en calidad.
El Julio Cultural Universitario superó la incertidumbre y se constituye en muestra de lo que debe hacerse, y cómo.
El rector de la UNT, Sergio Pagani, contó en LA GACETA que, pese a la incertidumbre del presente y del contexto que no es favorable, se decidió darle continuidad a lo cultural, como un aporte universitario a toda la comunidad. “Entendemos el valor y la riqueza que tiene el evento, y sabemos cómo lo espera la gente de toda la provincia, tanto el público como los artistas que lo necesitan, en una clara apoyatura a la creación local, que tiene un valor especial”, sostuvo. Aunque hay quienes pueden llegar a pensarlo, educar en arte y cultura es mucho más que instruir en historia y en técnicas artísticas. Se entiende al arte como una manifestación expresiva que surge y se desarrolla en un contexto concreto. Tomando esta feliz circunstancia, transmite gran parte de los elementos que permiten determinar la cultura de un tiempo y un lugar específico.
Las acciones como la encarada por la UNT para mantener la identidad cultural de la mejor manera, haciendo uso de la creatividad y del descubrimiento de nuevas propuestas -y sobre la base de un legado que debe preservarse- resultan un desafío permanente. Con la idea de que todos tenemos cosas para decir, generando actos que nos completen como personas, la celebración del arte y la cultura es un bien que debe defenderse siempre.