En el paisaje folclórico tucumano él ha recorrido un largo camino. En el Julio Cultural, hoy a las 20, en la sala Tríbulo del teatro Alberdi (Jujuy y Crisóstomo Álvarez) Luis Soria reafirmará: “Para cantar he nacido”.
Lo cuenta en LA GACETA, donde lo recibimos cuestionándole que se presente como solista, si él siempre lo fue. El cantor revive en detalle su historia.
Julio Cultural: entre la zamba, el samba y el choro, con un invitado especial- La verdad es que con Las Voces del Norte éramos cuatro solistas. Hemos tenido la suerte de ser compañeros (en el Instituto Tucumán)y de encontrarnos en el don del canto. En aquel año, 65, éramos Roberto Pérez, Julio Romero, Nito Zeitune y yo. Años después Pérez se va a Los Tucu Tucu. Con Roberto cantamos hasta el 76. Hasta ese año ya habíamos ganado en Cosquín y habíamos grabado disco. En el lugar de Pérez entró Oscar Imhoff, Hasta el año 79, cuando para mí, equivocadamente, desarmamos el grupo. Fue una decisión de común acuerdo; siempre hamos seguido siendo amigos. Cinco años después armamos con Nito el Dúo Renacimiento, nombre que vino a describir lo que sentíamos: que renacía la idea de seguir cantando juntos. Con el dúo íbamos a cumplir 40 años en 2023, pero por un problema de salud de mi compañero no se dio. Nito se fue en 2016; ya no quería seguir, me decía que siguiera como solista o con el dúo. Para mí era el dúo lo que estaba impuesto, y empezar de cero como solista en realidad no lo veía posible, entonces incorporé a Esteban Viera.
- Ahora sos La Voz del Norte, tal el nombre de tu proyecto.
- Pasaron los años y sigo en esta porfía del arte. Es algo que siento: que he nacido para cantar. Ensayar y encontrarme con el público me hace bien, me sirve muchísimo, y lo puedo transmitir a la gente. En ese plan busqué a dos músicos que ya nos habían acompañado antes: Fabio Ávila, gran músico tucumano, en guitarra, charango, siku, quena, piano; y otro gran músico, Topo Bejarano, en percusión y vientos. Los hablé y se prendieron en el acto para este proyecto solista. Mi idea es seguir adelante llevando mis conocimientos, música que los jóvenes no conocen. Por supuesto que hay algunas canciones nuevas, siempre para volver al folclore clásico.
- De lo clásico, ¿qué no podés dejar de cantar?
- ¡Tantas zambas! como “Cuando llegue el alba” o “Zamba de mi esperanza...”, que es una belleza. Hay tantos temas lindos... el “Gatito de Tchaikovsky...” Hay un vals muy bello, que grabaron en toda América, “A unos ojos”. Y no me desprendo de un tema que fue un gran éxito del Dúo Renacimiento, “El indio toba”. Todo ese repertorio es el que voy a hacer esta noche.
- De los temas nuevos, ¿qué adelantás?
- Hay una canción muy bella, de mi amigo Roberto Ternán, que es nueva para el público, pero tiene más de 40 años. (Ternán es el autor del “Candombe para José”, “Amor salvaje”, entre otros). Con Las Voces... grabamos varios temas suyos, como por ejemplo “Aquella noche de tu partida” y “Zamba que dice adiós”. Yo aprendí una canción que queríamos cantar con Las Voces... Como es muy personal, no andaba para un cuarteto, y quedó pendiente. Como solista, me propuse que debía cantarla.
- ¿Qué dice el autor acerca de que la cantás ahora?
- La vez pasada, en un asado en Salta, agarro la guitarra y la canto. Entonces Ternán me pregunta: “¿y ese tema, de dónde lo has sacado?”. “Es tuyo -le dije a las carcajadas-, si querés me lo regalás”. La primera estrofa dice: Ese que viene con una canción/ese que tiene una nueva ilusión/ese que inventa noches con sol/ ese que sueña/soy yo.
- Estamos hablando del decir de grandes poetas, que describen el hombre de esta parte, de paisajes y de la música que nos gusta escuchar y cantar a todos, en las guitarreadas y en los encuentros.
- Exactamente. Eso no se tiene que perder: el encuentro de los amigos en el arte.
- Siempre has cantado profesionalmente, además, en el Coro Estable de la Provincia. No te cansás de cantar.
- Ha sido un largo recorrido en la música. El hecho de haber sido parte del coro, de haber conocido otro tipo de música, la clásica, porque yo era folclorista. De pronto un día, por ejemplo, ensayábamos La Traviata, y en alguno que otro pasaje, a pesar de que se canta en italiano, yo sentía que se me erizaba la piel de la emoción. Una vez que traducía el texto descubría el hondo drama humano.
- ¿Cómo te sentís ahora, en esta nueva soledad, sin el cuarteto, el dúo ni el coro. Ahora estás al frente, en el escenario con tu voz y tu guitarra?
- En los grupos siempre tenés que armonizar, tanto musicalmente como en el aspecto social. Nosotros, con Las Voces del Norte seguimos siendo como hermanos. Pero cuando hablamos de música es como si se juntaran cuatro comentaristas deportivos. Cada uno tiene una visión distinta. Ha llegado el momento en que me toca aplicar mi visión. En Las Voces... no había un líder, como sí había en Los Tucu Tucu, donde Romero daba todas las directivas. En cambio en Las Voces... todo se discutía y llegábamos a un acuerdo. Yo, naturalmente, necesito la consulta, y para eso ahora cuento con estos dos grandes músicos. Ellos me dicen, me sugieren, y corregimos lo que es necesario. El hecho de cantar solo me da la posibilidad de tomar decisiones.
- ¿Desde cuándo y por qué surge tu proyecto solista?
- Desde octubre de 2023 venimos trabajando en este proyecto en un trabajo arduo; hay que armar repertorio. Cuando Coqui Sosa me invita a hacer Mercedes Canta, yo le pregunto si invitaba al Dúo Renacimiento. Él me dice, no, yo quiero al solista. Yo le dije que no cantaba solo. Y él me replicó que yo no me daba cuenta de cómo cantaba y me convenció para que cante solo. Eso fue en septiembre de 2023, para lo que preparé un repertorio y ahí tuve gran recepción del público. Esa presentación me motivó. Después, cuando cantamos con Oscar Zeitune a fin de año en la Legislatura la Misa Criolla, como tiene cinco números había que agregar dos o tres temas. Los preparé y entonces sentí el cariño y el reconocimiento del público. La voz todavía me da, las ganas me sobran. Aquí estoy.