Los Juegos Olímpicos nos tienen acostumbrados a una atmósfera especial, que se traduce en expectativas y emociones. A medida que se acerca el inicio del evento multideportivo, cada delegación se prepara para competir al máximo nivel. La selección argentina no es la excepción, y su trayectoria ha estado marcada por intensos entrenamientos y partidos amistosos.
A lo largo de la historia, la “albiceleste” recorrió distintos puntos del país y a pesar de que en la actualidad parece casi imposible, una vez Tucumán fue elegido para medir el pulso del equipo antes de afrontar el desafío olímpico.
El 20 de julio de 1996, se disputó un amistoso internacional contra Polonia, en La Ciudadela y estaba en juego nada menos que la copa LA GACETA. Ese duelo, terminó con victoria “albiceleste” por 2 a 0, con goles de Abel Balbo y Diego Simeone.
A pesar de la algarabía que significó la presencia de la Selección Sub-23 en el “Jardín de la República”, lo cierto es que la gestión no fue nada sencilla y así lo retrataba nuestro diario, en la edición del 14 de junio de ese año.
“Vendría Julio Grondona. El presidente de la Liga, Santos Vega, anunció el amistoso que se jugará el próximo jueves, a las 22, en el estadio de San Martín. Los planteles llegarán el miércoles”, se podía leer en la bajada de la versión papel que confirmaba la presencia del combinado nacional. En ese texto, Santos Vega brindaba detalles de lo que sería el partido y también mostraba su fastidio por los obstáculos que se habían presentado durante las gestiones.
“Los costos que uno debe afrontar en Tucumán son tremendos. En Salta, el gobierno y la Liga se unieron para ofrecer todas las comodidades y lograr que el seleccionado juegue allí. No iban a cobrar ni un peso de impuestos, alquiler de estadio ni por el operativo de seguridad. Tuvimos que pelear contra eso. Aquí las cifras son muy elevadas. Por eso voy a reunirme con los secretarios de Deportes y Turismo para que gestionen ante el gobernador Antonio Bussi para que lo declaren de interés provincial”, había manifestado Santos Vega.
Si bien la llegada de la Selección se terminó de confirmar el viernes de esa semana, el lunes ya había empezado la venta de anticipadas. Las generales tenían un valor de $10, mientras que las plateas oscilaban entre $15, $20 y $25, según la ubicación.
Dos días después de esa publicación, nuestro diario describía un “Gran interés por la presencia del Sub-23”. LA GACETA anunciaba que se habían realizado pedidos de reserva de entradas desde varias ciudades vecinas y que se estimaba la presencia de unas 20.000 personas en La Ciudadela. Además, también se detallaba cuando llegarían los polacos. Se dio a conocer la lista preliminar de la Selección para el amistoso contra Polonia y el partido por las Eliminatorias sudamericanas contra Perú y se anticipaba cómo sería el arribo de la Sub-23 a la provincia. También se hablaba de una supuesta pelea entre Balbo y Daniel Passarella, técnico que conducía la mayor y que también estaría al frente con la Sub-23, en los Juegos de Atlanta.
“El Seleccionado argentino de fútbol viajará mañana a las 18.30 hacia Tucumán, donde el próximo jueves enfrentará amistosamente a su similar de Polonia (oportunidad en que estará en juego la Copa LA GACETA), en un partido que le servirá de preparación de cara al tercer compromiso por las Eliminatorias en Lima, y a los Juegos Olímpicos de Atlanta 96’. En el aeropuerto norteño, el plantel realizará una conferencia de prensa prevista para las 20.30. El plantel conducido por Daniel Passarella cumplió hoy su penúltima jornada de entrenamientos para enfrentar a los polacos con la única novedad de la presencia de José Chamot”, se podía leer en los primeros párrafos de la edición del miércoles 19 de junio de 1996.
Mientras que en otro apartado, el delantero de la Roma Balbo desmentía los rumores de la pelea con Passarella. “Con Daniel nunca pasó nada. Lo que ocurrió fue que algunos periodistas se equivocaron. Manejaron una hipótesis falsa, creyeron que por mi trayectoria yo tenía que ser titular. Y como contra Bolivia fui suplente y con Ecuador no pude estar por una lesión, se corrió el rumor de una pelea que nunca existió”, había declarado el atacante, quien se había reunido con Mauricio Macri para dar a conocer sus deseos de jugar en Boca.
Cabe destacar que un día antes de ese 19 de junio, LA GACETA daba a conocer la lista completa de viajeros para el cotejo contra Polonia.
“Arqueros: Carlos Bossio (Estudiantes) y Pablo Cavallero (Vélez). Defensores: Roberto Ayala (Nápoli, Italia), Fernando Cáceres (Zaragoza, España), José Chamot (Lazio, Italia), Pablo Paz (Banfield), Héctor Pineda (Huracán), Roberto Sensini (Parma, Italia) y Javier Zanetti (Inter Italia). Volantes: Cristian Bassedas (Vélez), Gustavo López (Zaragoza, España), Hugo Morales (Lanús), Diego Simeone (Atlético de Madrid) y Juan Verón (Boca). Delanteros: Abel Balbo (Roma, Italia), Marcelo Delgado y Claudio López (Racing)”, era la lista elegida por Passarella, que iba a llegar a la provincia junto a Américo Gallego (técnico alterno) y Alejandro Sabella (ex técnico multicampeón con Estudiantes y subcampeón del Mundial Brasil 2014 con la mayor), como ayudante de campo.
La llegada de la Sub-23
En la edición del 20 de julio de 1996 (día del partido), LA GACETA describía como había sido el arribo de la “albiceleste”. Con fotos en el aeropuerto de ambas delegaciones, Passarella anunciaba “este será el último partido con público”, previo al enfrentamiento contra Perú por las Eliminatorias y el viaje a Atlanta.
“Mucha gente esperó al plantel argentino, cuya presencia despertó enorme interés en la provincia y ciudades vecinas. Hace muchos años que la Selección no viene a jugar a Tucumán y es la primera vez que enfrenta aquí a un combinado de otro país. Si bien en este caso es presentado como el Sub-23, la mayoría de sus integrantes forman parte también del plantel mayor. Incluso se confirmó que Abel Balbo jugará algunos minutos”, se podía leer en la tapa deportiva, que también nombraba a los cuatro futbolistas de la mayor que estarían en la delegación olímpica; de esos, sólo se elegirían a tres: el mencionado Balbo, José Antonio Chamot (que había declarado estar contento de jugar en el interior del país), Simeone y Roberto Sensini. Además, en la previa al partido, el técnico de la “albiceleste” hablaba gentilmente con nuestro diario.
“Este partido nos sirve para ver en acción a aquellos jugadores que por distintos motivos no están jugando, como es el caso de los que militan en clubes europeos y se encuentran de vacaciones”, explicaba Passarella, que dejó hablar a todos sus dirigidos, luego de ver el cálido recibimiento de la gente en el aeropuerto.
“El partido con Polonia será una prueba para ver cómo estamos con respecto al fútbol europeo”, había declarado Roberto Ayala, en ese entonces, defensor de Nápoli. “Estamos pensando en los Juegos Olímpicos de Atlanta, pero ahora trabajamos con miras al encuentro con Perú por las eliminatorias para el Mundial, donde necesitamos sacar un resultado positivo”, había agregado Ayala, que estaría acompañado en la defensa por un tal Javier Zanetti.
Victoria con sabor a poco
El 20 de julio a las 22, se ponía en marcha el partido entre la Selección Sub-23 y Polonia, en La Ciudadela. “Se venía la noche. Passarella se desesperaba con los gritos en el borde de la cancha, la gente gritaba ‘olé’ cuando la tocaban los polacos y la selección no encontraba el rumbo. Fue el momento de Abel Balbo, picó en profundidad para recibir un pase al vacío, dejó en el camino al excelente arquero Jerzy Dudek y la mandó a guardar con un toque preciso”, empezaba la crónica del partido el periodista de nuestro diario Guillermo Monti. “Fue la catarsis, la liberación del grito contenido. El encuentro del equipo con un público que concurrió en masa a la Ciudadela, convocado por la jerarquía de los protagonistas. Un rato después, el ‘Cholo’ Simeone la clavó fuerte y abajo con un derechazo desde afuera del área, y selló un 2-0 mucho más acorde con las diferencias que separaron a Argentina y Polonia en la cancha”, explicaba el periodista sobre el duelo en cancha de San Martín.
Repercusiones
Luego del partido, en representación de la Dirección de nuestro diario, el jefe de deportes José Elsinger hacía entrega de la copa “LA GACETA” al capitán Simeone. Por otro lado, en la conferencia posterior al compromiso, Daniel Passarella anunciaba que repetiría el equipo que venció a Polonia contra Perú, en las Eliminatorias. “Pienso que en los 15 días que nos queda de trabajo podemos alcanzar el nivel de juego que pretendo. Este fue un adversario muy difícil porque siempre trato de sacar la pelota del fondo con prolijidad, pero nosotros no nos desesperamos y terminamos haciendo prevalecer nuestra mayor capacidad futbolística”, había declarado el DT, que también había confirmado a Sensini, Simeone y Chamot como los jugadores de la mayor que estarían en la Olimpíadas de Atlanta.
Una Ciudadela colmada
A pesar del frío de esa noche, los simpatizantes no se quisieron perder el partido en La Ciudadela y hasta había sorprendido la presencia de un polaco en la cancha de San Martín para alentar a su país. Por otro lado, la locura había desbordado en el estadio de Atlético Concepción, sede elegida por la “albiceleste” para hacer el entrenamiento previo y posterior al amistoso. Luego de esa visita de la Selección Sub-23, Tucumán no volvió a tener el privilegio de recibir al combinado nacional ¿Será posible un reencuentro? El tiempo dirá...