La Municipalidad de San Miguel de Tucumán se encuentra realizando desde junio un programa Operativo Fachadas y Edificaciones en Riesgo (OFER) y ha detectado ya 56 construcciones con peligro de derrumbe. Sus propietarios han sido impelidos a regularizar su situación en el corto plazo. De ellas, 12 están en alerta roja y cuatro han sido sometidas a demolición controlada, según se informó. Además, fueron identificadas otras 80 propiedades cuyos frentes, si bien no representan un riesgo latente, necesitan reparaciones.

Según se informó, los directores de Catastro y Edificación y de Defensa Civil recorren diariamente la ciudad para identificar edificaciones y fachadas con riesgo de derrumbe. Una vez que Defensa Civil identifica alguna, a partir de denuncias realizadas por vecinos o durante los recorridos de las guardias operativas, los expertos de Catastro y Edificación se hacen presentes en esos domicilios para hacer un análisis de riesgos para adoptar las medidas correspondientes e intimar a los propietarios para que procedan a su reparación o, en caso de ser necesario, a su derrumbe controlado. Ayer la directora de Catastro reveló que en casos como una vivienda de calle Marcos Paz al 400 -que se encuentra clausurada- se detectó no sólo riesgo en la fachada sino en el interior de la construcción.

El criterio que se sigue, según explicó la funcionaria, es identificar las edificaciones con los colores del semáforo, de acuerdo con el grado de riesgo de derrumbe que presentan. “Se las señala en color rojo cuando tienen un peligro inminente de derrumbe y requieren de una acción inmediata; en amarillo cuando existe un riesgo que no es inminente, por lo que se puede generar un plan de acción con un tiempo prudencial; y en verde cuando se trata de edificaciones que tienen problemas mayormente estéticos pero que requieren de un arreglo por parte de los frentistas para que la gente se sienta más segura”, detalló.

La directora de Catastro y Edificación indicó que “también se individualizaron otras 42 propiedades en amarillo y aproximadamente otras 80 en color verde que, si bien no presentan riesgo de derrumbe, pueden preocupar a los vecinos por lo que sus propietarios deben arreglarlas”.

Si se recuerda la terrible tragedia que significó en 2018 la caída de la pared del ex cine Parravicini, en 24 de Septiembre al 500, que causó la muerte de tres personas que circulaban por la vereda, se entiende la importancia de que se haya puesto en práctica este programa.

La ciudad no está exenta de riesgos, Este mismo año hubo dos episodios en dos obras en construcción, una en Corrientes y Catamarca y otra en 24 de Septiembre al 800, que encendieron todas las alarmas e hicieron pensar en la necesidad de que se hagan revisiones periódicas sobre el estado de las construcciones, así como de las obras que se van llevando a cabo. Al respecto, es de suponer que en épocas de fuerte crisis como la que vivimos, el mantenimiento de las estructuras puede volverse más precario, de modo que muy bien viene este programa de cuidado.