Pese a haber perdido 42 a 10 contra los All Blacks hace unas semanas, en ese partido Los Pumas lograron un hecho histórico. De la mano de Juan Cruz Mallía, después de 13 años volvieron a anotar un try en el mítico estadio Eden Park. El último en hacerlo había sido un tucumano. En 2011, por los cuartos de final de aquel Mundial, el tucumano Julio Farías Cabello había apoyado la pelota en el ingoal neozelandés en una jugada histórica.

"Flaco" está de regreso en Tucumán tras una experiencia de dos años dirigiendo en Portugal. Mientras retoma su rutina  diaria Farías Cabello accedió a una "Charla de café" con LA GACETA. El ex tercera línea habló de todo: de su experiencia en el seleccionado, del crecimiento de Los Pumas, de la diferencia entre el rugby argentino, de cómo ve el nivel en nuestra provincia y muchos temas más.


-Se van a cumplir 13 años del Mundial 2011. ¿Qué recordás de lo que fue tu Mundial con Los Pumas?

- Es un lindo recuerdo el que tengo. Tratando de hacer una comparativa con lo que es el equipo de los Pumas hoy, creo que evolucionó enormemente en la estructura y en la profesionalización. Creo que hay un salto enorme de calidad en todos los sentidos, en todos los ámbitos. En ese Mundial, el equipo era mucho del sentimiento por la camiseta, las individualidades, las figuras importantes; pero quizás en cuanto al juego carecíamos mucho. No teníamos un plan de juego, no generábamos visibilidad, éramos un equipo muy defensivo, con mucha garra y mucho corazón.


- Te tocó marcar un try en el partido contra Nueva Zelanda, ¿cómo lo viviste?

- Ya pasaron 13 años y soy medio aburrido para decir esto, pero es lo que me pasa. No marcó en mí algo muy significativo. Después me doy en cuenta, cada vez que Los Pumas van a jugar o ahora que volvieron a Eden Park, que en todos lados aparecía mi try y generaba esa repercusión, o algo que queda en la historia. Pero sinceramente, me marcó mucho más el hecho de haber podido llegar a Los Pumas con la edad que tenía (debutó en el seleccionado a los 32 años), con las dificultades de lesiones, y poder mantenerme todos esos años. Eso me marcó mucho más que alguna acción dentro del campo, y eso es lo que me llevo de Los Pumas. Marcar un try fue una anécdota.


- Hablabas de la diferencia entre Los Pumas de ese año y Los Pumas de ahora; ¿qué pasó estos años en el rugby argentino que le permitió crecer?

- Sumar competencia de calidad elite, codearnos y jugar todos los años contra los mejores, eleva tu nivel. En 2011 no teníamos Rugby Championship, lo empezamos a jugar en 2012 y en ese año ya empatamos con Sudáfrica; algo que fue una hazaña. Ahí empezaba a dar los primeros pasos el equipo en busca de lo que quizás hoy todavía no somos; porque creemos que Los Pumas pueden dar mucho más de acuerdo a la estructura y a la calidad de jugadores que tenemos. Hubo algunos lapsus en los que no se creció como debíamos, pero ya había un cambio, un rumbo bien marcado para donde queríamos ir. Creo que esa estructura los está llevando a que no sea tanta sorpresa ganarle a los All Blacks. Pablo Matera lo decía; no nos debe sorprender, o no debemos festejar de tal manera porque ya no es una sorpresa. O no debería serlo.


DIFERENTE MIRADA. Farías Cabello entiende que haber llegado a Los Pumas a los 32 años fue mucho más meritorio que haberle maracado un try a los All Blacks.

- Justamente, Los Pumas empezaron una nueva etapa a medias, porque Felipe Contepomi venía trabajando en el cuerpo técnico. ¿Qué es lo que viste de este nuevo equipo?

- Soy un poco crítico con Los Pumas y con sus últimos staff. Me parece que hay que mantener una línea del sentido común, que por ahí no se la respeta. Creo que podríamos estar mejor de lo que estamos. Desde el Mundial 2019 empezamos a ver algunas cosas que nos disgustaron a todos. No es como antes, que era ir y ver qué hacíamos. Ya somos profesionales y se puede ser crítico y exigirle al equipo y a los entrenadores. Creo que algunas cosas que son normales, u obvias, dejan de ser así porque se deciden cosas diferentes y a todo el mundo nos sorprende. Si aún así somos un gran equipo, si hiciéramos estas cosas bien deberíamos ser mucho mejores. Siempre mantuve esta opinión, creo que podemos ser mucho mejor de lo que somos si se ajustan algunas pequeñas cosas como la elección de entrenadores, de jugadores, el escuchar un poco mejor a la cúpula de líderes, entre otras cosas.


- En algún momento se pensaba fuertemente que Los Pumas podían aspirar a ser campeones del mundo. ¿Creés que con el manejo correcto se puede llegar a eso?

- Por supuesto. Creo que Los Pumas tienen material para ser campeones del mundo, o estar entre los tres mejores. De hecho, estuvimos entre los cuatro mejores (en el último Mundial) sin jugar al rugby, porque jugamos un sólo partido bien. Todos sabíamos que el equipo podía jugar mejor por la calidad individual que teníamos y por un montón de cosas. Pero el equipo sin embargo no gustaba. Sin ninguna duda, Los Pumas no tienen techo. Yo fui a un Mundial creyendo que podía ser campeón, imaginate hoy en la posición en la cual se encuentran ellos. Se puede pensar y se lo puede poner como objetivo.


- ¿La mayor diferencia entre el rugby argentino y los países que son potencia está en el nivel de las ligas locales?

- Argentina está tratando de buscar algún formato para armar equipos y generar competencia. Hay una diferencia también en cuanto a la economía de los clubes y a la vida socio-cultural rugbística de otros países. En las grandes ligas europeas hay una gran inyección de dinero a los clubes de elite que marcan mucha diferencia. Nosotros estamos parados en otra situación y hay que ver cuál es el formato y la estructura que nos puede hacer crecer lo más rápido posible para achicar esa brecha. Sin descuidar, creo yo, lo que es el rugby social, que es el semillero nuestro y que creo que es un distintivo que tenemos con el resto de los países. Tenemos un plus en ese sentido y por ahí esta estructura. Este camino y este formato los damnificó un poco a los clubes en cuanto a la parte formativa. Se dejaron algunas cosas que para mí eran súper importantes y es algo que se ve reflejado en la cantidad de socios, en la cantidad de gente que va a la cancha y demás.


- En el caso particular de Tucumán, ¿cómo era en tu época la diferencia con la URBA? ¿Y actualmente?

- Si te hago una comparativa, es desde una visión bastante amplia porque no estoy muy empapado en el nivel de rugby nacional. Buenos Aires siempre tuvo 10 clubes en un nivel y el interior dos o tres que por ahí podían competirle. De acuerdo a lo que veo y a lo que hablo con amigos entrenadores, creo que desde hace unos años hubo una decadencia en el juego en sí; una idea de volver a lo básico. Hoy Lawn Tennis lleva un trabajo de dos años con un objetivo muy firme y se lo vio. El primer año le costó mucho y en el segundo empezaron a mostrar un rugby vistoso y los chicos se empezaron a divertir. Por ahí va el camino para mí para la reestructuración que los clubes necesitan: volver a encontrarse, saber que los clubes son sociales y formativos, que tenemos que formar. Mejores personas hacen mejores jugadores.


- Estuviste trabajando dos años en Portugal (fue head coach de CDUL de Lisboa), ¿cómo fue esa experiencia y qué te dejó?

- Fue una experiencia muy linda. Yo viví en Lisboa porque jugué ahí en 2009 y 2010 y hace dos años me llamaron. Era la única ciudad en la cual yo daba el “sí” para volver porque me había gustado mucho. El proyecto estaba muy lindo y era un buen desafío. Me encontré con un rugby que me llamó la atención, con un nivel más elevado del que yo esperaba. Un cierto empuje hacia una semiprofesionalización, empezar a meter cosas de profesionales en estructuras amateur y con un proyecto a largo plazo de hacer una liga Iberoamericana entre España y Portugal. Van a tratar de elevar el nivel de esas regiones que están un poco por debajo del resto, para que en el futuro sean competitivas. Creo que está dando resultados. De hecho Portugal jugó un muy buen Mundial, jugó bien al rugby, fue vistoso e hizo las cosas bien. A nivel clubes tiene cinco o seis equipos que tiene un muy buen nivel; yo diría nivel de URBA, para competir entre los 10 primeros. Me encantó; era un proyecto a largo plazo que se continúa hoy en día. Fue una experiencia fantástica, me dejó amigos y tuvimos la suerte de ganar una Copa de Portugal, con muchos chicos jóvenes. Me hubiese encantado quedarme, tenía también propuestas para irme a otros dos clubes, pero eran esos dos años pactados y tenía obligaciones que cumplir acá.


- ¿Te ves dirigiendo de nuevo en el corto plazo?

- Nunca digo que no, pero hoy realmente estoy descansando un poco del rugby, disfrutando de mi familia y de los seres queridos. Creo que hoy estoy respirando y estoy bien así. Ya pasé por estas etapas en las que estuve un poco alejado y después volví; por lo que no lo descarto nunca. Siempre apoyo a mi club y siempre le deseo lo mejor; también a mis amigos del rugby.