San Martín de Tucumán es hoy el “Terminator” de la Primera Nacional. El equipo de Diego Flores, en su envión ganador hacia la final por el primer ascenso, se ha convertido en una suerte de “exterminador” de rivales futbolísticos, tal como el mítico personaje cibernético encarnado por Arnold Schwarzenegger lo era de quien se cruzara en su camino en la recordada saga.

Lo llamativo de esta versión implacable del “Santo” es que le basta y sobra con hacer lo básico bien hecho para cantar victoria ante sus oponentes. Y no es una mera casualidad que 13 de sus 21 triunfos esta temporada, el último de los cuales aconteció el domingo frente a All Boys, hayan sido por la mínima.

De hecho, el 1-0 a favor se repitió ocho veces (contra San Miguel, Talleres -RdE-, Chacarita, Chaco For Ever, San Martín de San Juan, Guillermo Brown, Agropecuario y el “Albo”) en su vigente racha de once cotejos sin perder. Los restantes tres encuentros terminaron en victorias por 2-1 (Quilmes) y 3-1 (Estudiantes de Caseros) y un empate 1-1 (Arsenal).

Una primera conclusión: el equipo convierte y se termina el partido. En otras palabras, sabe esperar con paciencia, genera el contexto necesario para que el gol a favor termine llegando, tarde o temprano. Incluso, de visitante, suele llegar más bien tarde: sucedió con el penal convertido en tiempo de descuento por Gonzalo Klusener en Puerto Madryn y con el cabezazo de Iván Molinas en Floresta, a poco de que se cumpliera el tiempo reglamentario.

Un arquero híper confiable, una defensa sólida, un mediocampo combativo, jugadores con buen pie y una contundencia notable, todo lo cual se expresa en que es muy difícil vulnerar a San Martín (apenas 14 goles encajados en 33 partidos), que además no precisa generar demasiado para terminar sumando de a tres.

“El triunfo tiene un valor importantísimo porque no fue un partido fácil. All Boys jugó bien al fútbol y nosotros quizá no estuvimos finos. Pero este equipo tiene eso, cuando hay que ponerse el overol se lo pone, se trabaja muchísimo desde lo físico y ahora lo terminamos ganando en los últimos cinco minutos”, argumentó Lucas Diarte ante una consulta de LA GACETA en el estadio “Islas Malvinas”.

Allí hay una clave. Al San Martín del “Traductor” le encanta ponerse el frac del fútbol vistoso (muchos de sus goles llegan tras buenas jugadas colectivas), pero en su armario tiene siempre a mano un overol para caso de necesidad. Y le viene dando resultado eso de “trabajar” los partidos, sobre todo cuando juega de visitante.

Más aún, los primeros tiempos suelen ser largos rounds de estudio, en los que el “Santo” permite que el local se desgaste en busca de abrir el marcador. Y en los complementos sale a jugar unos metros más arriba y apelando a la jerarquía que guarda en el banco termina estableciendo diferencias, encontrando un gol que llega casi por la inercia de su búsqueda y de la categoría de sus hombres.

Diarte, una de las principales figuras del equipo, entiende que esa superioridad que San Martín logra imponer en los segundos tiempos tiene su razón de ser: “Pasa mucho por lo físico y la mentalidad que tiene este equipo, de no claudicar, de saber que se lo puede ganar en el minuto 90 como se lo hizo en varias ocasiones y eso es un punto importante a nuestro favor”.

El lateral izquierdo también considera que un factor clave en el poderío mostrado por San Martín para torcer a su favor historias complicadas se encuentra en la cantidad y calidad de variantes a las que puede echar mano Flores desde el banco. “Todos son importantes y no es un detalle menor. Creo que los últimos partidos los chicos que vienen ingresando desde el banco de suplentes lo hacen de buena manera y son importantes. Klusener, el ‘Chuny’ (Nicolás Moreno), ahora Iván…”.

En esa misma línea, el presidente Rubén Moisello comentó a la prensa en Floresta que el técnico rival, Mariano Campodónico (goleador y héroe del San Martín campeón que ascendió a Primera en 2008) ponderó esa cualidad del conjunto tucumano. “Fui a felicitarlo por el muy buen partido que hizo All Boys, que por momentos nos tenía metido contra un arco y no nos dejaba jugar, y me dijo que la diferencia está en el recambio, que él miraba al banco y no tenía mucho más para poner”. “Ahí es dónde se ve la diferencia de categoría, se vio que San Martín  está a la altura de ser puntero por amplia diferencia”, completó el presidente.

A Moisello se le consultó cómo hacer para manejar la ansiedad, cuando falta tan poco para lograr el objetivo intermedio, que es conseguir cupo en la final por el primer ascenso.

“Se maneja mirando únicamente el partido que viene, nada más. No hay que pensar en una hipotética final. Eso sería un error”, respondió, consciente de que ya sea vistiendo frac u overol, o con ambos alternativamente, este San Martín viste acorde a su sueño.