A medida de que se acercan las elecciones presidenciales en los Estados Unidos (están programadas para el 5 de noviembre), el papel del fact-checking se vuelve crucial para proteger la integridad del debate público. La sociedad estadounidense se debate entre los candidatos Donald Trump (republicano) y Kamala Harris (demócrata) en una instancia dominada por la desinformación. Sin embargo, un estudio reciente reveló que muchos votantes están dispuestos a aceptar las falsedades que difunden los líderes políticos con los que simpatizan, incluso cuando saben que la información es incorrecta.

La investigación, titulada "Cuando la verdad supera a los hechos: estudios sobre la flexibilidad moral partidaria en la política estadounidense", publicada en el American Journal of Sociology, muestra que los votantes suelen reconocer que las afirmaciones de sus partidos no siempre se basan en datos objetivos. A pesar de esto, responden positivamente si perciben que estas declaraciones reflejan una "verdad moral" más profunda y relevante para el pueblo.

Verdad moral versus hechos

El descubrimiento principal de este estudio sobre el comportamiento electoral es que los votantes de todas las ideologías políticas tienden a priorizar la "verdad moral" cuando evalúan a un político que apoyan. En contraste, cuando se trata de un político que no apoyan, los votantes suelen ser más estrictos con la veracidad de sus afirmaciones.

Mentiras de Trump y Biden

Por ejemplo, cuando el ex presidente Trump denunció un supuesto fraude en las elecciones de 2020, a pesar de carecer de pruebas objetivas, sus seguidores consideraron innecesaria la evidencia por tratarse de una "prioridad estadounidense" más importante. Muchos creían que el sistema político estaba diseñado en contra de sus intereses, lo que justificaba, según ellos, la insistencia en tales afirmaciones carentes de fundamentos. 

De forma similar, cuando el presidente saliente Joe Biden afirmó erróneamente que las personas vacunadas contra la covid-19 no podían contagiar la enfermedad, sus simpatizantes lo justificaron. Sus votantes lo defendieron diciendo que estas declaraciones eran importantes para el bienestar del país, a pesar de reconocer que no eran precisas.

Encuestas y resultados

El equipo de investigadores llevó a cabo una serie de encuestas online entre 2018 y 2023 con la participación de más de 3.900 votantes estadounidenses. Estos cuestionarios buscaban entender cómo los ciudadanos evaluaban las declaraciones de varios políticos, aun cuando sabían que eran incorrectas desde un punto de vista fáctico.

¿Por qué es importante?

El principal autor del estudio, Minjae Kim, explicó en una entrevista con la revista Psypost que las conversaciones sobre cómo combatir la desinformación suelen centrarse en la necesidad de mejorar la verificación de hechos y la educación de la población. Sin embargo, este estudio pone en evidencia que existen motivos más profundos detrás de la tolerancia de los votantes hacia afirmaciones incorrectas. Según Kim, "la desinformación no sobrevive únicamente por la 'ingenuidad' de los votantes, sino por sus cálculos morales sobre si los fines partidarios justifican los medios".

Estos hallazgos sugieren que si los votantes eligen conscientemente apoyar la desinformación porque coincide con sus perspectivas partidarias, el fact checking no será suficiente para proteger las bases democráticas que dependen de políticas públicas fundamentadas en la objetividad.

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